martes, 8 de abril de 2014

Después del paro, el problema son las aulas rotas y la falta de bancos que impiden dar clases en las escuelas bonaerenses

Bancos rotos, grietas en los techos, problemas en las estufas, salones descuidados, patios inundados. Las pancartas que los docentes bonaerenses levantaron durante los diecisiete días de paro reclamaban por salarios dignos, pero también por la situación edilicia en la que se encuentran muchas escuelas. Esta semana hubo lugares en la Provincia donde las clases no pudieron arrancar por problemas de mobiliario, falta de bancos, y malas condiciones en baños y tuberías.

En varias escuelas del conurbano bonaerense y de Mar del Plata, donde se encuentran algunas de las situaciones mas complicadas. “Para algunas obras menores se solicitan presupuestos que tardan meses en llegar, y el deterioro va avanzando”, comentó un directivo que pidió no ser nombrado. “Se crea un ambiente desmotivador para docentes y chicos”, agregó.

Dentro del acuerdo al que llegaron los diferentes gremios con el Gobierno provincial, se incluyó un fondo de infraestructura escolar destinado a directivos y cooperadoras escolares, para reparaciones menores, como vidrios o lámparas. “Lo que se planteó mas allá de lo salarial fue la situación real de la escuela publica: infraestructura comedores, falta de provisiones, gas, electricidad. Había varias localidades donde, aunque no se hubiese hecho paro, las clases no hubieran arrancado igual”, explicó Mirta Petroccini, jefa de la Federación de Educadores Bonaerenses.

Desde la FEB están preparando un informe detallado de la situación estructural de las escuelas. Según le adelantaron a este diario, algunos de los problemas más frecuentes están relacionados con falta de obras o de suministros. Entre los ejemplos está la Escuela Primaria N°11 de San Pedro, a la que todavía le falta colocar un sobretecho y tiene aulas inundadas. O el CEC 801 de Trenque Lauquen (incendiado en 2012 por un grupo de ladrones que entró a robar) donde todavía no finalizaron los trabajos por falta de pago en la certificación de obras.

En otras escuelas las clases pudieron arrancaron pero continúan con problemas estructurales, como la Escuela N°48 de Castelar, que tiene varios salones clausurados por unas columnas que se quebraron. Según cuenta Marta Villaro, directora de la escuela, debieron cerrar cuatro aulas. “Nos dijeron del Ministerio de Educación que es una obra muy grande y muy costosa, que ellos no pueden hacerse cargo y que la van a derivar a Nación, pero esto puede demorarse hasta un año más”, comenta al diario. Mientras tanto, para reubicar a los alumnos han tenido que armar aulas improvisadas, incluso en el comedor-cocina. Mientras los alumnos reciben la clase del día, en el mismo ambiente se pica cebolla o se desmenuza el pollo que luego se convertirá en el almuerzo para unos 170 chicos.

Leer completa la crónica de Mariano Vidal y Guillermo Villarreal aquí.

“Hay escuelas públicas en Provincia que son un Cromañón en potencia”

Lorena Cáceres es docente en una escuela secundaria pública de San Isidro. Además, forma parte de SUTEBA en ese distrito. Pablo Daniele es papá de dos alumnos que van a escuelas públicas de zona Norte: la mayor está en la Secundaria N° 8 (conocida como “el Nacional de San Isidro”) y el más chico arrancó el lunes primer grado en la Escuela N° 31 de Olivos.

Leer el informe de Alfredo Dillon aquí.


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