(Por Gustavo Molina. Clarín, Córdoba, jueves 17 de octubre de 2013)- Cuando estalló el
escándalo de Proyecto X, el espionaje ilegal de Gendarmería a organismos y
militantes sociales, gremiales y políticos, David Dib leyó en el diario: “Entre
los documentos -muchos con el sello de “secreto y confidencial”- figuran
también informes desde los lugares de reuniones de organizaciones sociales, en
los que se analiza y caracteriza la información. “De fuentes confiables tomase
conocimiento”, se señala en uno de los informes desde Córdoba. “Se pudo saber
que el gremio se encuentra dividido en dos sectores, uno radicalizado y otro
más componedor”, sostiene otro.
Grande fue la sorpresa
cuando descubrió que la Asociación de Docentes e Investigadores de la
Universidad Nacional de Córdoba (ADIUC), de la que fue secretario general y
secretario adjunto, y los docentes de la Escuela Manuel Belgrano –también
depende de la UNC-, figuraba en la lista de víctimas del espionaje ilegal.
Por tal motivo, tras
ser asesorados por abogados de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH) de Córdoba, Dib y los ex dirigentes de ADIUC, Eduardo Maturano, María
Alaniz, Delia Brizuela, Esteban Nicotra, Sylvia Nasif, Silvia González y el
profesor Eduardo Patiño, del Colegio Manuel Belgrano, solicitaron el martes al
ministro de Seguridad, Arturo Puricelli, que “en ejercicio de los derechos que
acuerda el Artículo 14 de la ley N° 25326 de Habeas Data, informase la
totalidad de los datos correspondientes, obrantes en vuestros registros y en el
de las fuerzas que de Usted dependen, a los fines de ejercer el debido derecho
de control de la información recabada”. Además, esta semana, los docentes
formularán “un pedido similar a la UNC en procura de un rápido esclarecimiento
de los hechos, evaluar el daño sufrido y disipar dudas sobre la presunta
participación institucional”.
El profesor Dib dijo:
“Mi militancia, similar a la de los otros compañeros espiados ilegalmente en
circunstancias parecidas, hacen que el Proyecto X aparezca como cierto. Por esa
razón, necesitamos saber si es real la existencia de toda esa información y si
fuimos investigados en el marco del Proyecto X”. Por tal razón “queremos
conocer si fuimos víctimas de espionaje y quién ordenó esa persecución
clandestina, qué datos fueron obtenidos y si la Universidad de Córdoba tuvo alguna
participación”.
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