Por un convenio único
de aplicación obligatorio en todas las universidades nacionales. Por la
reapertura de la paritaria.
La última reunión del
Consejo Interuniversitario Nacional (que nuclea a todos los rectores) fue un
escándalo. Si bien logramos que vuelvan a incorporar los capítulos acordados en
la negociación que ya lleva tres años, se niegan a aplicarlos de manera
inmediata y en todas las universidades nacionales. Peor aún: mantienen el
núcleo de su política, esto es, un proyecto patronal de Convenio Colectivo de
Trabajo (CCT) que no es único porque divide a los pre de los docentes
universitarios ni es de aplicación obligatoria en todas las universidades dado
que cualquier autoridad universitaria está habilitada a no suscribirlo. Es
decir, los rectores sostienen un proyecto que anula la posibilidad de
conquistar un CCT que garantice los derechos a la estabilidad, a la licencia, a
condiciones de trabajo, a todos los docentes, en todas y cada una de las
universidades nacionales.
Los docentes
universitarios estamos frente a un momento crucial de esta larga negociación.
El 26 de setiembre, con
el paro nacional y la movilización a Mar del Plata de delegaciones de las
asociaciones de base para llevar nuestros reclamos a la sesión del Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN), se expresó de manera contundente el reclamo
por un Convenio único para todos los niveles, desde preuniversitario a
posgrado, y de aplicación obligatoria en todas y cada una de las universidades
nacionales.
Hace dos meses, el
Secretario de Políticas Universitarias, Martín Gill, había ratificado la
decisión política de no reabrir la paritaria salarial cuando en este
cuatrimestre sólo tendremos un 4% (sobre el salario de setiembre 2012) de
recomposición salarial. También adelantó la política del CIN de elaborar un
proyecto de Convenio patronal, siendo uno de sus mentores Juan Carlos del
Bello, ex secretario de políticas universitarias menemista y actual rector de
la Universidad Nacional de Río Negro.
En lugar de dar
respuesta a los reclamos docentes, Martín Gill dedica su tiempo a intentar
quebrar la pueblada riojana contra el ex rector Tello Roldán para acotar y
controlar el poderoso movimiento estudiantil y docente que exige la
democratización de las universidades. Una movilización que ya logró hacer
renunciar al rector que en sus 24 años en el cargo tiene, entre otros, la
responsabilidad de haber despedido a toda una comisión interna del gremio
docente.
Es que en esta lucha
por la democratización se juegan los intereses de las castas profesorales que
se atornillan en los cargos de dirección, secretarías, subsecretarías,
decanatos, vicedecanatos, consejos superiores. Con salarios que hasta triplican
el de los docentes. Para más escándalo, mientras nos mantienen congelados a
nosotros, en la sesión del CIN votan criterios para aumentar… sus salarios.
Ellos son la correa de transmisión y el reaseguro para seguir imponiendo los
lineamientos de la Ley de Educación Superior de los 90 y la Coneau
bancomundialista que pretende degradar la universidad pública.
Estas son las causas de
fondo que llevaron a los rectores a presentar un proyecto patronal de Convenio
Colectivo de Trabajo que plantea, desde el comienzo, la división entre los
docentes universitarios según el nivel en el que prestan servicios. Y que
concluye en su artículo 4, con toda posibilidad de tener un Convenio único.
Estos son objetivos estratégicos de los rectores: quebrar la unidad del
movimiento nacional docente, quebrar a los sindicatos nacionales docentes y
llegar al sueño que solo acarician la UIA y la Sociedad Rural: un convenio por
empresa (por universidad).
Esa propuesta patronal
intenta poner hasta en tela de juicio nuestro derecho a percibir la antigüedad
como parte integrante de nuestro salario, que fuera conquistado en las grandes
huelgas del año 87 y en la huelga general de 2005.
En esta línea, la
propuesta patronal niega el derecho a la estabilidad laboral. Los rectores
pretenden seguir con las decenas de miles de trabajadores ad honorem, el 75% de
la planta interina, los contratos cuatrimestrales, el monotributismo y los
concursos hechos como un traje a medida para los amigos de la mayoría de los
funcionarios.
Para imponer esta
política de precarización laboral y salarial cuentan con el aval todo terreno
de las burocracias sindicales (Conadu-Feduba, Fedun-Aduba, Ctera, Fagdut), las
que acordaron la paritaria de 16 meses, las que (como Fedun) salieron en
defensa de Tello contra la rebelión estudiantil-docente en La Rioja o afilian
compulsivamente para sostener sus aparatos burocráticos y engordar sus
bolsillos, las que negocian y reciben de manera discrecional los fondos de
capacitación que se nos niega a los docentes afiliados a la AGD y a las asociaciones
de la Conadu Histórica.
Por todas estas
razones, la Asamblea General Docente de la UBA del martes 8 de octubre rechaza
de plano la propuesta de un CCT patronal, su pretensión de separar a los
docentes preuniversitarios y universitarios, y de dejar librada la aplicación
de cualquier convenio a la voluntad de las autoridades de cada universidad.
Exige a los rectores,
al Ministerio de Educación y al Ministerio de Trabajo: 1) la aplicación inmediata en todas las
universidades nacionales de los capítulos acordados de Licencias y Seguridad e
Higiene, 2) el fin de toda cesantía y baja contractual mientras se negocia el
CCT único.
La Asamblea General
llama a todos los docentes a pronunciarse en este sentido. Y propone la
realización de una jornada de protesta y difusión, de 48hs., para los días jueves
17 y viernes 18 de octubre por el rechazo a la propuesta del Convenio patronal
y la apertura de la negociación salarial.
AGD-UBA
en CONADU Histórica
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