En Ciudad de México, alrededor de 3.600 policías reprimieron a maestros el viernes, en la principal plaza de la ciudad. La policía lanzó gases lacrimógenos y utilizó cañones lanza agua y helicópteros para dispersar un campamento, que lleva un mes protestando en contra de la controvertida reforma educativa, informa Democracy Now!
Más de 30 personas fueron arrestadas y docenas resultaron heridas. El gobierno ordenó el desalojo para que los espectadores pudieran acudir a la plaza el domingo a escuchar al Presidente Enrique Peña Nieto realizar el tradicional “grito de dolores” para conmemorar el aniversario de la Guerra de la Independencia. Decenas de miles de maestros se han estado manifestando contra las reformas del Presidente, que incluyen evaluaciones estandarizadas de los maestros. Muchos son del estado de Oaxaca, al sur del país, donde desempeñaron un papel fundamental en el levantamiento de 2006. Tras la represión, los maestros se reagruparon y formaron un nuevo campamento a aproximadamente un 1,5 km en el Monumento a la Revolución, donde miles de personas se congregaron el domingo para realizar una ceremonia del “grito alternativo”. Benito Vázquez, Secretario de Prensa de la Sección 22 del sindicato de maestros en Oaxaca, condenó la represión perpetrada el viernes por el gobierno federal.
Vázquez declaró: “Fuimos reprimidos brutalmente por parte de la Policía Federal y por parte de la Defensa Nacional, que fueron infiltrados, como civiles, donde a todo el magisterio se le reprimió con tanquetas, gases lacrimógenos, bombas, petardos. Hubo 31 detenidos, por parte del magisterio hubo compañeros que fueron agredidos. El Secretario General fue agredido por la Policía Federal”.
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