(Por Diego Rojas. Plazademayo.com, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, viernes 13 de septiembre de 20º13)- Hay veces que ciertas muertes
trágicas, criminales, encuentran sosiego por la reacción que suscitan en los
ciudadanos, que provocan que la sociedad cambie. Así pasó con el crimen de
María Soledad Morales que causó una movilización tan grande en Catamarca que
hizo caer al feudo familiar de los Saadi (que acaban de regresar al poder
mediante la gobernadora k Corpacci, miembro de esa familia). O cuando el
asesinato del soldado Omar Carrasco provocó tal indignación colectiva que se
determinó el fin del servicio militar obligatorio. O como pasó en 2002, cuando
la movilización posterior a la Masacre del Puente Pueyrredon produjo no sólo el
fin del intento del giro represivo del gobierno de Eduardo Duhalde, sino que lo
obligó a anunciar elecciones anticipadas. Hay veces que situaciones tremendas
hacen que las sociedades salgan a la calle, y se cristalicen entonces las
transformaciones. Quizás algo así esté pasando en Tucumán, aun provincia donde
reina la impunidad impulsada por el gobernador kirchnerista José Alperovich y
su esposa Beatriz Rojkés, presidenta del Senado de la nación.
Desde hace dos semanas
la comunidad universitaria está conmovida por la movilización que protagonizan
los estudiantes y a la que también se sumaron los docentes. Desde el 27 de
agosto se mantienen tomadas las facultades de Filosofía y Letras y la de Psicología.
Y todo comenzó en defensa del derecho a la seguridad de la mujer. “Unos días
antes de la toma una estudiante de Trabajo Social denunció que en el trecho
entre la terminal de ómnibus y la facultad había sido secuestrada y violada y
luego abandonada en el parque, todo esto a las tres de la tarde -cuenta Marcelo
Bustamante, vocero de la asamblea de la facultad de Filosofía y Letras, de 24
años-. El 26 de agosto otra compañera contó que había tenido una situación
similar. Pronto se realizaron asambleas para pedir protección para nuestras
compañeras, que se instalara un corredor seguro, pero no hubo respuesta y nada
se hizo. Entonces el 27 decidimos tomar la facultad”. La decisión, al día
siguiente, fue acompañada por los estudiantes de Psicología que comparten la
misma geografía.
“En esas asambleas
estaba la memoria de Marita Verón y de Paulina Lebbos -asegura Micol Pereyra
Diosquez, de 23 años, delegada de sus compañeros de la carrera de Ciencas de la
Comunicación-. Tucumán es reconocida como una de las provincias con mayor
impunidad. Los casos de Marita y de Paulina lo prueban. Paulina había sido
compañera nuestra, ya que también estudiaba comunicación. Acá hubo violación de
compañeras y decidimos hacer presentaciones para que se garantice nuestra seguridad.
No nos escucharon y nos dimos cuenta de que no debíamos permitir ni un abuso
más, para que no haya ningún caso más de impunidad”.
El movimiento
estudiantil creció, se realizaron asambleas en más facultades, las
reivindicaciones tomaron forma y se ampliaron, encontraron el modo de
convertirse en un estudiantazo. El movimiento planteó que sus objetivos son: la
declaración de la emergencia en violencia sexual y doméstica; el boleto
estudiantil y el comedor estudiantil. Con esas consignas se lanzaron a la calle.
Hicieron tres movilizaciones que adquirieron masividad progresivamente. Primero
marcharon mil estudiantes a la Rectoría y fueron recibidos por unos
funcionarios de segunda línea, pertenecientes a La Cámpora, que plantearon que
debían levantar las tomas para empezar a conversar. No fueron obedecidos. La
siguiente marcha convocó a 1500 personas por aquellas consignas que plantean
una confrontación concreta con el plan de seguridad del gobierno de Alperovich
que, en línea con el kirchnerismo nacional, apunta a la mano dura y a darle
mayor poder a la policía. Esa nueva movilización tampoco hubo respuesta. El
martes 10 de septiembre no sólo se manifestaron los estudiantes, sino que la
asamblea del gremio docente decidió parar ese día para promover la movilización,
contra la postura de la dirección sindical kirchnerista. Ese martes hubo 2500
personas en las calles, una movilización como no se veía hacía años en Tucumán.
Fueron recibidos en la asamblea del Rectorado, que no tuvo otra opción que
dejarles exponer sus reclamos.
El miércoles 11 se
realizó una Asamblea Interfacultades. “Hay 500 personas de las facultades de
Artes, Derecho, Arquitectura, Ciencias Exactas, Agronomía, Ciencias Naturales y
otras con menor representación”, cuenta Marcelo Bustamante desde el lugar donde
se desarrolla la reunión. “Esto debía haber pasado antes -reflexiona Micol
Pereyra Diosquez-. Hemos esperado a que nos violen a dos compañeras y debemos
ser conscientes de ello. Un hecho movilizante luego de la marcha que hicimos al
rectorado fueque nos dirigimos a la Casa de Gobierno a sumarnos a la marcha de
las víctimas de la impunidad, que lidera el padre de Paulina Lebbos. Cuando
tomó el megáfono para hablar, relacionó las dos luchas, fue muy conmovedor”.
“Paulina era una
estudiante de Comunicación, los estudiantes identifican su figura con las
reivindicaciones porque ellos han sufrido violaciones, pero hay un denominador
común. Es la impunidad -dice a plazademayo.com Alberto Lebbos, padre de
Paulina, asesinada a los 23 años en 2007 y cuyo caso no fue investigado por la
justicia adrede ya que se cree que los homicidas forman parte de “los hijos del
poder”-. Estaba su espíritu porque ella era joven como todos esos jóvenes
movilizados que me llenaron de alegría. Yo les dije, cuando hablé, que la
historia de la humanidad demuestra que los logros se conquistan mediante la
lucha. Fue muy emocionante ver a esos jóvenes en las calles reclamando y
exigiendo por sus derechos. No tengo dudas de que, de estar viva, Paulina
habría estado entre ellos”. Quizás Paulina, y Marita, y tantas víctimas de la
trata, la violencia y la impunidad, vivan hoy en esa lucha estudiantil.
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también: “Alumnos de Filosofía y Letras mantienen paralizada la Facultad”.
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