Este 20 de octubre se cumplen diez años del crimen de Mariano Ferreyra, joven militante de la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires) y del Partido Obrero. Un crimen político que involucró a la burocracia empresarial de la Unión Ferroviaria, a funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner, a los capitalistas que usufructuaron la privatización del ferrocarril durante años (responsables de la masacre de Once) y a la policía de Aníbal Fernández. Un crimen que puso en evidencia el entramado mafioso del negocio de la privatización, la tercerización y la flexibilización laboral.
Desde Amsafe Rosario,
entendimos que la lucha de “Justicia para Mariano” condensaba todos estos
elementos políticos y la reacción fue inmediata. Al día siguiente de su
asesinato, nuestro gremio paró y movilizó junto a otros sindicatos y
trabajadores en lo que sería el principio de una enorme lucha popular. Organismos
de derechos humanos, la presencia infaltable de nuestra gran Herminia Severini
que acompañaba cada una de nuestras luchas, y todo el activismo obrero de la
cuidad se hizo presente. Ese mismo activismo que dos años antes había
enfrentado otro hecho de atropello de la burocracia sindical que conmovió a la
clase obrera de la región: el intento de la burocracia de Héctor Ponce de
Atilra, el gremio lechero, por tomar por la fuerza la seccional rosarina,
opositora a su conducción.
Desde ese paro y esa movilización
del 21 de octubre, nuestra seccional tuvo una intervención incansable y
constante: los afiches que llegaban a las salas de maestrxs y profesores, las
incontables charlas en nuestra sede, los debates en las asambleas y la
presencia de delagadxs en las audiencias del juicio en Comodoro Py, fueron
algunas de las muchas iniciativas que sostuvimos al calor de esta lucha
popular.
Luchar
vale
Como resultado de una
lucha democrática colosal, miles de tercerizados pasaron a planta en los
ferrocarriles y José Pedraza murió cumpliendo la condena, si bien domiciliaria,
en la última etapa.
En nuestro gremio, este
hecho nos remite necesariamente a una deuda pendiente de Ctera: la lucha
decidida por el juicio y castigo a los responsables políticos del asesinato de
nuestro compañero Carlos Fuentealba.
Esto cobra valor en una
Argentina donde los responsables políticos del asesinato de Maxi Kosteki y
Darío Santillán no han sido juzgados e incluso integran el gobierno (como el
caso de Felipe Solá) o donde, más recientemente, ni Bullrich ni la Gendarmería
fueron juzgados por su responsabilidad en el asesinato de Santiago Maldonado.
Fue el movimiento
popular el que logró arrancar el juicio y las condenas, adoptando un método
político que así lo permitió: el señalar de entrada a los responsables
políticos, incluido el gobierno nacional de CFK en el que no se depositó
ninguna expectativa como señal de confianza para que actué, sino al que se le
reclamó que investigara sus propias filas para llegar a todos los responsables.
La vigencia de una lucha
En estos diez años, la
vigencia de la lucha que planteó el asesinato de Mariano Ferreyra no ha dejado
de crecer.
En estos años, la
tercerización, la liquidación de los convenios y las reformas laborales se han
transformado en un objetivo central de la burguesía y en una cuestión de
Estado. La novedad de los últimos años, las “economías de plataforma” que
promueven la flexibilidad de las condiciones de trabajo y lleva a un extremo la
tercerización eliminando la relación de dependencia de sus trabajadores a
quienes caratula como “colaboradores”,
es un ejemplo de ello.
Lo mismo vale para la
lucha contra la burocracia sindical. Esta jugó un rol central para contener la
lucha en las calles contra el ajuste de Macri a costa de los trabajadores y
ahora para viabilizar una destrucción histórica de derechos de los trabajadores
en el marco de la pandemia, por parte del gobierno fondomonetarista del “Frente
de Todos”.
La ofensiva antiobrera
en el marco de la pandemia plantea, más que nunca, la necesidad de recuperar
los sindicatos y centrales sindicales como herramientas de lucha de los
trabajadores.
A diez años de su
asesinato, honramos la memoria de Mariano reivindicando su militancia
socialista contra el régimen que terminó con su vida de joven revolucionario,
por la transformación de esta sociedad sobre nuevas bases sociales y decimos… Mariano Ferreyra, ¡presente! Ahora y siempre.
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