Al grito de “quiero un
sueldo digno para quedarme en mi país”, los educadores convocados por los
movimientos magisteriales se concentraron en las inmediaciones del Ministerio
de Educación para rechazar “los salarios de hambre”, de unos 3 dólares al mes.
Entre las múltiples
imágenes de indignación, se viralizó el reclamo de una docente que,
desencajada, gritaba al cordón policial que escuchaba con poca atención las
consignas.
“Quiero comer bien. No
es posible que todas las mañanas me levante y no tenga qué darle a mis hijos.
No es posible, ¿hasta cuándo?”, exclamó furiosa.
Además, detalló la
ínfima cantidad que recibió y lo poco que alcanza, ante la enorme inflación del
país: “Dolarizaron todo menos mi sueldo. Un mes de aguinaldo, ¿cuánto fue?
1.500 bolívares. ¿Qué compré? Medio cartón de huevos, harina pan y media
mantequilla. ¡No es justo!”.
Con sus tapabocas, los
presentes mostraron pancartas, en las que se pudo leer “por un salario igual a
la canasta básica” y gritaron frases contra la dictadura de Maduro a la que
responsabilizan de tener a los docentes “mendigando para comer y comprar medicinas”,
y de acabar con la “educación de calidad” en el país
La educadora Luisa
Penalette afirmó que el gremio solo está pidiendo que garanticen el
cumplimiento del artículo 91 de la Constitución, que establece que “todo
trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con
dignidad y cubrir sus necesidades”
“Sin maestros no hay
escuela, y con esos salarios un maestro está condenado al hambre y la miseria.
Apoyar la lucha justa por el salario es apoyar a la educación del país”,
aseguró
Precisó que “un
directivo, docente V con maestría, sumando todas las primas gana 2.300.000
bolívares (el equivalente a unos 5 dólares)”.
“Nadie se mete a
maestro para ser rico, pero aspirar a un salario justo, es lo mínimo. Con los
actuales salarios un maestro no puede comer ni dar de comer a su familia”,
enfatizó.
Asimismo, Sara Aponte,
una docente con más de 10 años de servicio y con maestría, rechazó la “pobreza
extrema que tenemos con estos salarios de miseria”. “Parecemos indigentes, una
canasta con 8 productos básicos cuesta casi 10 millones de bolívares, (unos 22
dólares) y el ingreso mensual es de 1.500.000 bolívares, (3 dólares)”, fustigó.
A su vez la líder
sindical Griselda Sánchez resaltó que “los maestros seguiremos en la calle hasta
recuperar nuestros derechos y el sistema educativo”. Indicó que los niños y
jóvenes no están adquiriendo los conocimientos necesarios para capacitarse, y
que la política de educación a distancia de Maduro no es posible en un país
donde además fallan constantemente los servicios públicos.
“Rechazamos la educación a distancia porque no
hay posibilidad de hacerla ni online, Aquí todos sabemos los problemas que hay
con la Internet, además los docentes no tienen teléfonos inteligentes cómo van
aprender nuestros jóvenes”, cuestionó.
En tanto otro grupo de
maestros protestó a las afueras de la sede de la Inspectoría del Trabajo, en el
centro de Caracas, donde consignaron un documento con sus reclamos.
La protesta del
Magisterio fue respaldada por los trabajadores sanitarios, quienes sumaron sus
reclamos salariales y laborales. “El gobierno no da respuesta, pero no vamos a
cesar en la lucha, en Venezuela sí hay dinero para pagarle a los trabajadores
más de 400 mil bolívares que es el salario mínimo, no nos van a seguir metiendo
esa excusa que por las sanciones no pueden reivindicar el salario”, afirmó
Pablo Zambrano, dirigente del sector salud.
Las protestas de los
docentes se replicaron en estados como: Miranda, Carabobo, Lara, Zulia, Táchira
y Apure, entre otros.
El gremio de educadores
reclama al gobierno un sueldo base, equivalente a 600 dólares para poder cubrir
las necesidades básicas ante la galopante inflación, que de acuerdo con la
opositora Asamblea Nacional registró hasta septiembre una tasa de 1.433,58% y
una interanual de 3.246 por ciento.
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