(Por María Cafferata,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, martes 17 de septiembre de 2019)- Entre los
nueve científicos distinguidos este año por el Poder Ejecutivo sólo hay una
mujer. A través de una carta, cientos de investigadoras llamaron "a
revisar los criterios discriminatorios sobre los que se fundan todavía hoy
nuestras carreras y sus instancias de reconocimiento", y se pronunciaron
"contra la invisibilización y desvalorización" de su tarea.
Más de 800 científicas
e investigadoras argentinas firmaron una carta de repudio contra los resultados
"dispares" de los Premios Houssay, Houssay Trayectoria, y Jorge
Sabato, en los que la proporción de hombres ganadores fue significativamente mayor
que la de mujeres. Se trata de las distinciones que otorga el Poder Ejecutivo
Nacional a miembros de la comunidad científica que hayan hecho aportes
sobresalientes o innovadores en sus disciplinas y en la formación de recursos
humanos. De los nueve premios entregados por la Secretaría de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, ocho fueron obtenidos por
varones. "Nos alarma que sólo una mujer haya logrado cumplir con estos
criterios", sostienen en el documento, donde se pronuncian "contra la
invisibilización y desvalorización" de su tarea.
"En un ámbito que
se presume absolutamente igualitario, donde priman las lógicas horizontales y
meritocráticas vinculadas a las producciones académicas y científicas, nos
encontramos con que existen numerosas limitaciones jerárquicas vinculadas al
género", explica Gabriela Seghezzo, doctora en Ciencias Sociales y una de
las organizadoras de la junta de firmas. "El problema no son los premios,
sino la lógica de ascensos que esta visibiliza", agrega.
En este sentido, las
firmantes coincidieron en que el descontento generado por la entrega de
galardones se debió menos a los premios en sí que a los que estos encarnan.
"La dinámica de la entrega de premios da cuenta de cómo muchas de las
desigualdades e invisibilizaciones que se dan en el ámbito académico y
científico afectan a las investigadoras mujeres", afirma Cecilia Abdo
Ferez, investigadora del Conicet y otra de las organizadoras de la carta.
"Existe una
resistencia en los ámbitos académicos. Es curioso porque son ámbitos que se
autoperciben como progresistas, que reproducen la jerga de género (como el
lenguaje inclusivo) con mucha facilidad, pero después te encontrás con que
todos los lugares de poder y decisión están ocupados por hombres", explica
Abdo Ferez.
La carta afirma que la
posición desventajosa en la que se encuentran las mujeres en el ámbito de la
investigación científica no se observa tanto en el número de investigadoras que
trabajan en el Conicet, sino en los efectos que tiene la condición de género en
las posibilidades laborales. "Si tenemos en cuenta que sólo en el Conicet
durante 2018 se desempeñaron en tareas de investigación 5687 mujeres, lo cual
supera en unas 700 la nómina de varones en tareas similares, es aún más
llamativa la disparidad de los resultados de la premiación. Esto no incluye las
mujeres que desempeñan tareas de investigación en universidades nacionales y
otras agencias de financiamiento ni tampoco otras identidades de género, cuyos
obstáculos para el desarrollo de carreras científicas son aún mayores. En este
sentido, los resultados muestran que la posición desventajosa de las mujeres en
la investigación científica resulta menos de su inserción en el sistema que del
impacto que su condición de género tiene en el desarrollo de su trayectoria
laboral", indican las firmantes, y enumeran, entre otros muestras de esa
desigualdad, a las brechas salariales, la merma de plazas en los ascensos y
promociones, el escaso acceso a cargos de gestión y decisión.
"Por supuesto -aclaran-
este pronunciamiento no va en desmedro de los méritos de los colegas que han
sido reconocidos sino en función de indicar, una vez más, los modos en que se
reproducen las desigualdades de género en el sistema de investigación
científica y tecnológica."
"Es una pirámide",
explica Abdo Ferez. "Tenés una amplia base de mujeres, pero a medida que
vas escalando la mayoría de los lugares de poder están ocupados por hombres.
Esto es así en los órganos de decisión de las universidades nacionales y en los
escalafones más altos de los ámbitos de Ciencia y Técnica".
Por este motivo, las
investigadoras llaman a las autoridades de la Secretaría de Ciencia, de las
universidades nacionales, los institutos de investigación científica y
tecnológica y a los comités evaluadores, "a revisar los criterios
discriminatorios sobre los que se fundan todavía hoy nuestras carreras y sus
instancias de reconocimiento".
La carta lleva la firma
de numerosas referentes del ámbito académico como Dora Barrancos, Rita Segato,
Silvia Elizalde, Renata Hiller, Carolina Justo von Lurzer, Eugenia Mattei,
Paula Abal Medina, Verónica Gago, Jésica Pla, entre muchas otras que convocan a
"modificar las anquilosadas prácticas patriarcales de nuestro sistema
científico" con el objetivo de "no sólo honrar la función social que
cumple el sector en la construcción de sociedades más justas e igualitarias,
sino para acompañar los procesos de transformación en marcha en materia de
géneros y sexualidades".
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