09 de septiembre - Jornada de debate en todas
las unidades académicas
10 de septiembre - Paramos junto a Conadu Histórica
10 de septiembre - Paramos junto a Conadu Histórica
Ante el repudio masivo en las urnas al
macrismo, el propio gobierno, el FMI y Wall Street desataron un brutal ajuste
sobre los trabajadores, jubilados, desocupados y demás sectores populares. Con
un dólar en 60 pesos y el riesgo país a más de 2500 puntos, el salario mínimo
luego del mísero aumento acordado en el Consejo del Salario llegará en octubre
(!) a 280 dólares –si el dólar se mantiene- y la jubilación es de apenas 150
dólares. El capital financiero efectivizó en las primeras 24 horas posteriores
a las Paso, el golpe a nuestros bolsillos.
El presidente no se hizo cargo de los resultados
del domingo 11 y fue uno de los artífices de las maniobras especulativas del
“mercado” y el capital financiero, que en 24 hs comenzaron una megadevaluación
que terminará siendo igual o peor a la de Cavallo. Del otro lado, Fernández saludó
“el sinceramiento” del precio del dólar, al que calificó como “razonable”,
mientras varios integrantes de su futuro equipo económico reclaman no ponerle
cerrojo a las petroleras. Mientras Macri busca consenso en el Parlamento para
aprobar el megacanje, las góndolas se vacían, los supermercados remarcan, las
petroleras reclaman aumentos y el peso se devalúa. Todos saqueos a nuestros
salarios.
Los anuncios “paliativos” fueron una provocación
mientras sigue la fuga de capitales de los que se benefician con la bicicleta
financiera y las tarifas dolarizadas, incluidos los funcionarios del gobierno.
La escalada inflacionaria es también un nuevo
golpe a la educación pública. Esto se constata en que, mientras los insumos y
las tarifas siguen dolarizadas, el presupuesto de las universidades nacionales
y de ciencia y tecnología está congelado en su totalidad y se profundiza la
destrucción de la educación pública. El plenario del CIN, que deliberó en
Resistencia y Corrientes el 29 y 30 de agosto, se alineó completamente con el
ajuste del FMI. La patronal universitaria, que por supuesto no denuncia la
política de subordinación a los organismos multilaterales, no sólo mantuvo
intacto el presupuesto vigente luego del desastre inflacionario de un 55%, sino
que el pedido de un refuerzo de $4.000 millones es el calco para las
universidades nacionales de los “paliativos” macristas en medio del desastre
nacional. La duplicación a partir de este mes del presupuesto de ciencia y
universidad y su indexación, no formó parte de sus debates. Así se suman a las
políticas del FMI de destrucción de la educación pública. Sus declaraciones de
preocupación por la situación que atraviesa el país no alcanzaron para
solicitar que los trabajadores universitarios no seamos discriminados del bono
de $5.000 o para apoyar nuestro reclamo de adelantamiento de la última cuota
paritaria. Una perla más en el collar de las políticas patronales, privatistas
y mercantilizadoras de las patronales universitarias.
Lxs trabajadorxs, y como parte de lxs mismxs, la
docencia universitaria y preuniversitaria, no podemos quedarnos de brazos
cruzados frente al ataque continuo lanzado por el gobierno y los beneficiarios
de sus políticas, mientras vemos por televisión cómo se siguen destruyendo
nuestras condiciones materiales de vida, el derecho a la salud, a la
jubilación, a la educación pública y nuestras fuentes de trabajo.
Desde AGD
UBA Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires rechazamos el
operativo de resignación que se ha lanzado por parte de todas las burocracias
sindicales para contener cualquier acción de defensa de clase. Por eso nos
movilizamos el 22 y el 30, marchamos y paramos, denunciando más que nunca a la
tregua de las centrales, como así también lo hicimos el 5 de septiembre en
solidaridad con la lucha de los docentes chubutenses que nos muestran un camino
de defensa de nuestros derechos.
Lxs docentes universitarixs tenemos pautado,
según el acta acuerdo salarial, un incremento de 8% en septiembre (a cobrar en
octubre) y la aplicación de la cláusula gatillo a septiembre (a cobrar el 31 de
octubre). Hoy es evidente que octubre y noviembre quedan muy lejos. Por ello,
debemos exigir medidas para proteger el –ya magro– poder adquisitivo de
nuestros salarios y jubilaciones. Por ejemplo, con la incorporación de manera
mensual de los incrementos de precios a nuestro salario, esto es, la aplicación
de la cláusula gatillo de manera mensual.
Dado que estos reclamos recibieron cerrada
negativa del Ministerio de Educación y el ninguneo del CIN, AGD UBA considera
imperioso el llamado a asambleas generales en todos los sindicatos de base (y
asambleas en cada lugar de trabajo, incluyendo sedes y escuelas) y a un
Congreso de nuestra Federación para discutir la defensa del salario y
jubilaciones, las designaciones rentadas de los ad honorem, el Convenio Colectivo
de Trabajo, la defensa de las obras sociales y el presupuesto para la
universidad pública.
Entendemos, además, la importancia de decidir
acciones conjuntas con aquellos que comparten esta perspectiva. Por eso nos
declaramos en estado de alerta y movilización y nos pronunciamos por un
Congreso de todos los sindicatos, de todas las centrales, con delegados con
mandato, y por un inmediato paro activo de 36 horas, como comienzo de un plan
de lucha nacional y un programa económico al servicio de los trabajadores y las
mayorías nacionales para unificar, con acciones contundentes y masivas, el
rechazo a estas políticas.
Convocamos
a la más amplia deliberación en todas las unidades académicas. Para eso AGD UBA
impulsa el 9 una jornada de debate en todas las unidades académicas y a parar
el martes 10 junto a Conadu Histórica, por nuestro pliego y en confluencia con
otros sectores en cortes y movilizaciones. No tenemos que ser lxs trabajadorxs
lxs que paguemos esta crisis.
Reclamamos:
Inmediata incorporación rentada de los ad
honorem.
Adelantamiento de la cuota de septiembre.
Indexación mensual y automática de los salarios,
acorde a la inflación. Aumento de emergencia para nuestros jubilados.
Pago del bono de emergencia de 5.000 pesos dispuesto
para los trabajadores del Estado.
Duplicación inmediata del presupuesto
universitario.
1.000 millones de pesos para paliar la crisis de
las obras sociales universitarias, entre ellas DOSUBA.
Aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo en
todas las Universidades Públicas Nacionales y Escuelas Preuniversitarias.
Ruptura de los acuerdos con el FMI. Investigación
y no pago de la deuda ilegítima y fraudulenta.
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