Una fuerte preocupación
recorre el mundo. Y les jóvenes son sus principales portavoces. La crisis
climática es inobjetable: calentamiento global, inundaciones, sequías,
contaminación de las napas y mares, destrucción y desaparición de especies
enteras de la flora y la fauna, migración poblacional forzada.
La juventud se ha
plantado frente a esto y se está haciendo escuchar. Desde el año pasado se
viene desarrollando un movimiento que tuvo como puntapié inicial la decisión de
la estudiante secundaria sueca, Greta Thunberg, de no asistir a la escuela los
viernes para protestar frente al Parlamento de su país en reclamo de medidas
para la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
Hoy, estos jóvenes nos están convocando a una Huelga Internacional contra el Cambio Climático el 27S, en el marco de la “Cumbre de Acción Climática de la ONU”, exigiendo a los gobiernos políticas firmes para mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5 grados centígrados.
Su interpelación es
contundente: “Creemos que muchos adultos no han entendido completamente que los
jóvenes no podemos detener la crisis climática solos (…) No es suficiente solo
la generación cuyo futuro está en riesgo (…) Hemos demostrado que la acción
colectiva funciona. Tenemos que actuar… Contamos con ustedes”.
Qué
es lo que está en juego y quiénes son los responsables
La crisis climática es
otra expresión de la crisis del capitalismo, un sistema basado en la
competencia por obtener un beneficio a cualquier costo, lo que nos ha llevado a
las puertas de un punto de “no retorno”. Según los informes elaborados por
distintos gobiernos, si se sigue explotando la naturaleza con esta lógica las
consecuencias serán irreversibles de acá a unos pocos años. Estos mismos
gobiernos son los que luego desconocen las cumbres que ellos mismo convocan
“para proteger el clima”. Contra ellos debemos dirigir nuestra protesta, para
desenmascarar la hipocresía y tomar un camino de salida real, que solo vendrá
de la mano de quienes sufren y padecen esta catástrofe medioambiental: la
mayoría trabajadora.
Por eso entendemos que
la lucha contra la destrucción ambiental implica una pelea de fondo contra la
depredación capitalista. Es una lucha contra los pooles de siembra que ya
destruyeron el 80% de los bosques nativos de Santa Fe y desmontaron Salta y
Chaco. Que nos envenenan con 500 millones de litros de agrotóxicos por año,
fumigando nuestras escuelas y barrios. Que contaminan el río Paraná y masacran
a jóvenes obreros en condiciones de trabajo insalubres gracias al dominio de
toda la cadena de valor, desde la semilla a los puertos privados. Es una lucha
contra el extractivismo urbano que en función de favorecer la especulación
inmobiliaria, atenta contra un hábitat saludable y armónico en nuestras
ciudades. Es la lucha en defensa del agua y los recursos estratégicos, que
deben ser nacionalizados, en oposición a la megaminería que contamina los ríos
y valles de la cordillera mientras saquea de forma colonial el suelo del país.
Se estima que a nivel mundial, cien empresas son las principales responsables
del cambio climático.
El fracaso de los
acuerdos y cumbres climáticas internacionales muestran que el único compromiso
de los gobiernos es con estos intereses. Argentina está entre los países que
han incumplido los acuerdos climáticos internacionales, pero son Estados Unidos
y China los países más comprometidos en la contaminación del planeta y la
emisión de gases tóxicos, dos potencias que compiten por dominar el mercado
mundial con los métodos de la rapiña. El actual cuadro de guerra comercial
confirma que el capitalismo no puede avanzar hacia una planificación productiva
global que contemple normas de producción respetuosas del medio ambiente. Esto
es lo que expresa la destrucción del Amazonas, el principal pulmón del mundo,
por parte del gobierno de Bolsonaro que ha promovido los incendios
indiscriminados para el avance la oligarquía sojera y ganadera.
En
las aulas y en las calles
Los Bolsonaro y los
Trump justifican la destrucción de la biodiversidad del planeta a partir de un
“negacionismo” del problema que pretende desautorizar a la ciencia respecto de
las consecuencias probadas de este accionar para la humanidad. Por lo cual, nos
enfrentamos también a un ataque al conocimiento científico, fehaciente y
constatable, que como educadores promovemos y alentamos.
Por eso, desde Amsafe (Asociación del Magisterio de la
provincia de Santa Fe), regional Rosario adherimos a la “Semana de acción
por el clima” y llamamos a fortalecer esta lucha impulsando en el transcurso de
la misma tomando iniciativas junto a la comunidad educativa desde nuestras
escuelas con debates, clases públicas, charlas, jornadas de afiches, y todas
las modalidades donde la comunidad educativa reflexione sobre las causas y
consecuencias de la crisis medioambiental.
Además hacemos nuestra
la apuesta de este movimiento por la acción directa. Llamamos a impulsar el
próximo 27S la huelga internacional con una gran movilización que recorra
nuestra ciudad contra el saqueo ambiental y laboral.
👉 En defensa del Amazonas. Fuera
Bolsonaro.
👉 Para poner una voz de lucha contra
la depredación ambiental y laboral. ¡Basta de escuelas fumigadas!
👉 Contra el saqueo capitalista de
los pooles de siembra y los dueños de los puertos privados. En defensa del
patrimonio social, en beneficio de las mayorías trabajadoras.
👉 En apoyo a les jóvenes y
estudiantes, que levantan la voz por un mundo libre de contaminación y saqueo
de la naturaleza.
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