Documento
de Michel Savat-Masas presentado en la V Conferencia Científica Rusa sobre
“Democracia moderna: Historia, problemas actuales y potencial desarrollo”, en
la Biblioteca Nacional Rusa, Dom Plekhanova, Leningrado, 9 de octubre de 2013.
(…)
3. En las llamadas “alturas” de la sociedad capitalista, no en las oscuras
bandas fascistas al estilo mafioso, las elites gobernantes, sus “cerebros” y
los principales medios de comunicación, ahora tratan abiertamente a la
democracia como un obstáculo superfluo y peligroso para resolver la crisis económica.
Ellos mismo cínicamente refutan en la práctica y desacreditan su propio
armamento ideológico central: la democracia parlamentaria burguesa. Sin
embargo, en su nombre no cesan de impulsar su extendida cruzada anticomunista y
las guerras imperialistas por un “cambio de régimen” en Afganistán, Irak, Libia
o Siria.
Se
puede encontrar un notable ejemplo en un informe sobre la crisis en la eurozona
publicado el 28 de mayo de 2013 por J.P. Morgan, el banco más grande de los
Estados Unidos.
El
informe subraya que si bien en algunas áreas el “ajuste” ha logrado algunos
progresos y en otros apenas ha comenzado, el área más problemática es la
político-social, particularmente en el sur de Europa debido a los cambios
políticos introducidos luego de la caída de las dictaduras de la región: “Las
constituciones y acuerdos políticos en la periferia sur establecidos luego de
la caída del fascismo, tienen una cantidad de características que parecen no
adaptarse a una futura integración de la región”.
En
las observaciones finales del informe del J.P. Morgan, los autores, con
referencia a Grecia, España y Portugal subrayan nuevamente “Los sistemas
políticos en la periferia fueron establecidos como consecuencia de las
dictaduras y fueron definidos por esa experiencia. Las constituciones tienden a
mostrar una fuerte influencia socialista (¡!¿?) reflejando la fuerza política
que los partidos de izquierda ganaron luego de la derrota del fascismo. Los
sistemas políticos en la periferia típicamente muestran algunos de los siguientes
rasgos: ejecutivos débiles, estados centrales débiles en relación a las
regiones, protección constitucional de los derechos laborales, sistemas de
construcción de consenso que estimulan el clientelismo político y el derecho a
la protesta si se efectúan cambios no bienvenidos al status quo político. Los
defectos de este legado político han sido revelados por la crisis.”
No
es una revelación ni una sorpresa que para J.P. Morgan y todos los bancos y
capitalistas que “la protección constitucional de los derechos laborales” o “el
derecho a la protesta” son considerados “defectos”, impedimentos para la
resolución de la crisis, e incluso algo peor, “socialistas”. Sin embargo, estas
afirmaciones demuestran su actitud hacia la clase de democracia que sirve a sus
intereses. (…)
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