El fallo de la Corte
Suprema de Justicia sobre la ley de medios no soluciona la crisis del
oficialismo con el Grupo Clarín. Por el contrario, la agrava. Entre las
facciones capitalistas en pugna quedan los trabajadores del multimedios,
amenazados por ajustes, despidos y el empeoramiento general de sus condiciones
de trabajo.
Es más: el fallo
hablita expresamente a las empresas afectadas a reducir personal. En una de sus
partes, el dictamen de la Corte dice que el grupo "puede restablecer
equilibrio en el flujo de fondos ajustando algunas variables, tales como
prescindir de empleados en las regiones en las que dejaría de operar,
incrementar los precios del servicio y reducir las inversiones de capital..."
La Corte propone un ataque en regla a los trabajadores y a los usuarios en
defensa de la rentabilidad empresarial.
La ley de medios es, en
sí misma, intrascendente. No suprime el monopolio de la información, en tanto
el derecho a informar sólo puede ser ejercido por una ínfima minoría de la
sociedad. La ley de medios no modifica esa realidad, en cuanto sólo dispone un
nuevo reparto entre facciones de esa minoría. El apartado que ordena el
otorgamiento de licencias a medios "comunitarios" no se cumplió nunca
ni podría cumplirse, entre otras cosas porque exige el pago de 100 mil pesos
para comprar un papel que permita solicitar la licencia.
La Naranja de Prensa
convoca al movimiento obrero y a las organizaciones populares a defender a los
trabajadores que ven amenazadas sus fuentes de trabajo por esta crisis, y a
oponer a los intereses capitalistas en pugna un proyecto de libertad de
expresión del pueblo trabajador. Las comisiones internas, los cuerpos de
delegados y las asambleas de empresa deben tener el derecho de controlar el
ejercicio de la comunicación mediática, denunciar su parcialidad social y
política, reclamar el espacio de expresión para el movimiento obrero y para
todas las manifestaciones del pensamiento; es decir, para los sectores populares
despojados de medios y de capacidad propia de expresión y de ejercer el derecho
a la palabra.
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