Se trata de un nuevo paso en el sometimiento de nuestro país a los organismos financieros internacionales que significará peores condiciones de vida para lxs trabajadorxs y la amplia mayoría de nuestro pueblo.
El acuerdo legitima una deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri que el mismo presidente Alberto Fernández había calificado de ilegitima e ilegal.
Se asume así una deuda de cerca de U$S 50.000 millones que en nada sirvieron para mejorar la infraestructura o la vida de los argentinos. Esos millones no se usaron para construir escuelas u hospitales ni para aumentar los salarios y las jubilaciones de millones de argentinos. Directamente su fugaron del país y solo sirvieron para engordar las cuentas bancarias en el exterior de los amigos del poder.
En el acuerdo el gobierno se compromete a bajar el déficit fiscal, lo que inevitablemente significará nuevas medidas de ajuste que caerán sobre las espaldas del pueblo trabajador. Necesariamente habrá así menos plata para salarios, jubilaciones y asignaciones sociales; menos fondos para mejorar la salud y la educación públicas; menos recursos para las obras de infraestructura que el país necesita.
El sometimiento llega al punto de aceptar que una delegación del FMI durante años controlará trimestralmente todas las cuentas públicas.
La principal fuerza de oposición saludó este acuerdo, con lo que queda claro que cuando se trata de aceptar el sometimiento del país a los grandes grupos económicos desaparece la “grieta”.
En el mismo sentido se expresaron las centrales sindicales, mostrando cuan lejos están de defender los derechos del pueblo.
Llamamos a la más amplia unidad para desarrollar la resistencia a este acuerdo.
En la paritaria salarial que se inicia debemos poner en claro que nuestro derecho a un salario digno está por encima de cualquier acuerdo firmado a espaldas del pueblo
- No al acuerdo con el FMI
- La deuda es con el pueblo
- Plata para salud y educación y no para el pago de la deuda externa.
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