El poderoso movimiento
ecologista y anticapitalista que los estudiantes y el conjunto de la juventud
levantamos en las históricas huelgas climáticas del 15M y el 27S de 2019 y en
las movilizaciones contra la farsa de la COP25 sigue muy presente.
La juventud hemos
vuelto a levantar la bandera del ecologismo anticapitalista y hemos denunciado
a las multinacionales responsables de la contaminación, la complicidad de los
Gobiernos ya sean de derechos o de “izquierdas” y la farsa de que puede existir
un capitalismo verde.
La campaña para ocultar
al máximo esta jornada de lucha ha sido innegable. En el Estado español no deja
de ser sorprendente que los sindicatos y la izquierda gubernamental hayan
mantenido un silencio ensordecedor y boicoteado en la práctica esta jornada de
acción. Es evidente que los que aseguran la paz social y defienden una política
de concesiones constantes a las multinacionales y la banca entienden muy bien
la rabia que existe entre la juventud y quieren evitar cualquier movilización.
Hoy, desde las calles,
también hemos denunciado esta campaña: ¡sólo ganaremos justicia social y
climática si nos basamos en la fuerza que tenemos cuando nos organizamos!¡La
lucha está en la calle y no en el Parlamento!
Somos muy conscientes
de que la destrucción del planeta que estamos viviendo tiene víctimas y
responsables. La juventud, nuestras familias, las trabajadoras y trabajadores
somos las víctimas de este sistema depredador que arrasa el planeta para que
los y las capitalistas sigan amasando beneficios multimillonarios.
Sólo así, nacionalizado
las grandes multinacionales bajo el control democrático de la población para
que la actividad productiva esté planificada para cubrir las necesidades sociales;
garantizando la sanidad y la educación públicas; una vivienda asequible y digna
para todas y todos; empleos dignos sin precariedad ni salarios de miseria….
Sólo con la transformación socialista de la sociedad lograremos preservar el
medio ambiente de una destrucción segura y conseguiremos la justicia social y
climática que merecemos.
¡La lucha es el único
camino!
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