(Por Horacio Meguira, director del
Departamento jurídico de la Central de los Trabajadores Argentinos -CTA- Autónoma.
Agencia ACTA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires)- A casi dos años de gestión,
podemos comprobar algunos síntomas del proceder del Ministerio de Trabajo de la
Nación. En materia de asociaciones sindicales, lo que se pretende es ir
desactivando la regularidad institucional de las entidades existentes y evitar
la constitución de nuevas organizaciones gremiales.
Para ello el retraso, la mora y la
obstaculización de los trámites regulares: certificación de autoridades,
registro de estatutos, modificaciones de estatutos, ampliación de ámbitos en la
personería, nuevas personerías, inscripciones gremiales. Todo indica que las
disposiciones se han reducido notablemente desde diciembre del 2015.
La operatoria del no otorgamiento de
certificaciones, las impugnaciones provocadas en los procesos electorales fuera
de plazo, la mora en la resolución, la acefalía y designación posterior de un
delegado normalizador (intervención) están comprobadas en cinco sindicatos.
En materia de negociación colectiva se
manifiesta en: dilatación de las homologaciones (notamos una reducción
sustancial de las mismas), impedimento de las posturas sindicales en las actas,
dictado de conciliaciones obligatorias en forma sucesivas para el mismo
conflicto, la no intervención en los conflictos con debilidad de organización
de los trabajadores o intervenciones represivas en los espacios de fortaleza.
También las sanciones para los sindicatos
combativos: Esto es un aspecto de las medidas adoptadas en el conflicto y en la
negociación colectiva, influida por la amenaza de despidos y reformas
peyorativas.
Disciplinar
la rebeldía popular
Existe una derecha constipada que no
puede evacuar todo su potencial porque gran parte del pueblo se opone a olvidar
sus conquistas democráticas.
El permanente acecho a las libertades
públicas y a las garantías constitucionales es el método para instalar una
elite gobernante que intenta ser síntesis de las contradicciones de distintos
sectores del poder económico real. Para ello cuenta con aliados
circunstanciales: El viejo partido radical, gran parte de las clases medias
gorilas, los líderes de los grandes sindicatos-empresas dispuestos a negociar,
sectores de las medianas empresas, los importadores, los propietarios y
arrendatarios rurales favorecidos por el tipo de cambio.
Para homogeneizar el poder dominante se
requieren gestos que los identifique con el poder gobernar y disciplinar la
rebeldía de los sectores populares.
Ésa es una de las causas que llevan al límite de la torpeza el accionar del gobierno nacional.
Ésa es una de las causas que llevan al límite de la torpeza el accionar del gobierno nacional.
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