El
premio internacional de motociclismo que se realiza todos los años en Santiago del
Estero se ha convertido en un símbolo destacado de la corrupción y de las
veleidades monárquicas de los patrones feudales del interior criollo, en este
caso de la dinastía zamorista.
Su
realización supuso y supone periódicamente una concentración de inversiones de
los fondos del Estado para beneplácito y
beneficio de unos pocos empresarios. Al otro lado de la propaganda oficial, como
era de esperar, se encuentra la miseria social generalizada: la consultora
mendocina Evaluecon acaba de estimar la cantidad de personas pobres para la provincia
en una cifra superior al cincuenta por ciento, familias completas que viven con
menos de quince mil pesos cada treinta días.
Este
2016 el evento deportivo se realiza en medio de una huelga docente por tiempo
indeterminado que ya lleva más de un mes de vida. Los maestros decidieron
reforzar la medida de fuerza con una marcha hacia Las Termas, donde se realiza
la carrera de motos, para aprovechar la concentración de medios periodísticos y
propagandizar sus reclamos.
Los
hoteleros de Las Termas hicieron llamamientos y pagaron solicitadas con la
finalidad de que los maestros
desistieran de la acción que habían votado en asamblea, con el argumento de
proteger lo que es “de todos”…
Después
de -como firme respuesta- explicar una vez más los motivos de su pelea, los
sindicatos docentes decidieron apropiarse de la sigla GP y lanzaron la consigna
de que el Gran Premio tenía que convertirse esta vez en un Gran Paro.
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