Ciudad Autónoma de Buenos Aires, primavera del
año 2014
Los docentes y las
docentes del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires
fuimos y somos los parias de la universidad. Nuestros contratos están
anualizados, una enorme mayoría arrastra interinatos permanentes.
Hace décadas que convivimos con la precariedad laboral.
Los docentes del Ciclo
Básico Común de la Universidad de Buenos Aires somos docentes de
segunda categoría. Los concursos docentes son una verdadera rareza
de las gestiones del CBC; y cuando se realizan, los nuevos cargos no
se atienen al cumplimiento de las responsabilidades y derechos que
los mismos implican. Sea por arbitrariedad o por desvalorización de
la tarea docente en su conjunto. La carrera docente es inviable.
Docentes con muchos años de antigüedad, con importantes
trayectorias académicas, persisten hasta la jubilación en la
condición de Ayudantes de primera o de Jefes de trabajos prácticos.
Cada vez son más las trabas para efectivizar el pasaje de Ayudante
de segunda a Ayudante de primera, un trámite sencillo hace algunos
años. Los viáticos de los docentes que se desempeñan en sedes de
interior hace tiempo que no se actualizan. Diversas situaciones,
desde la creación de nuevas cátedras y materias, hasta las
licencias son resueltas ad hoc, apelando a marcos regulatorios
de una extraña flexibilidad o a gestos de “poder soberano”, casi
punteriles, cargados de autoritarismo y prepotencia.
Los y las docentes del
Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires carecemos de
derechos políticos, de manera sistemática se nos deniega el acceso
a la ciudadanía universitaria. La unidad académica más grande de
la UBA, el presupuesto más importante de la universidad pública más
grande del país, es administrado discrecionalmente por un grupo
reducido de personas que no representan al demos universitario de la
unidad académica que tienen a su cargo. No existen instancias de
representación, de participación, de control. Para colmo de males
ese grupo, una verdadera “elite política” auto-referencial, no
ahorra la soberbia y el autoritarismo a la hora de ejercer sus
funciones.
El CBC es la unidad
académica más antidemocrática de la UBA, el rincón donde se
exacerban todas las violencias burocráticas. La realidad del CBC
retrotrae a los tiempos previos a la Reforma Universitaria de 1918,
cuando la universidad era “refugio secular de los mediocres, la
renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los
inválidos”, según los términos del Manifiesto liminar.
En el último año, una
nueva gestión parece decidida a empeorar aún más estos
padecimientos. Haciendo gala de pragmatismo administrativo, ha
decidido cercenar la escasa autonomía de las cátedras, lo que pone
en riesgo su funcionamiento y su principal tarea: la enseñanza. Al
no permitir dar altas por bajas (no hablamos siquiera de la
posibilidad nuevas designaciones), al dejar de pagar en forma
absolutamente arbitraria, irresponsable, irrespetuosa e ilegal el
salario de un grupo de docentes; al negarse al diálogo y no
consultar a los y las docentes respecto de las cuestiones académicas
y administrativas que las afectan directamente (existencia de
“megacátedras” con fusiones inconsultas que desconocen la tarea
de años de coordinación de cátedras de numerosos docentes,
organización de contenidos de las materias, designaciones y
movilidad de sede laboral de docentes, etc.), no han hecho más que
agravar los males históricos del CBC.
Los abajo firmantes,
docentes de distintas las cátedras y materias del Ciclo Básico
Común de la UBA, ya no toleramos más la resignación, tampoco
queremos seguir soportando a la jerarquía que administra nuestro
trabajo y parte importante de nuestras vidas son considerar nuestras
opiniones y nuestro deseos. Creemos que ha llegado la hora de dejar
de acumular frustraciones y de convivir con la sensación de una
agonía diferida. Queremos poner al tanto a las autoridades de
nuestra situación, de nuestro profundo malestar y exigimos:
- Restituir de inmediato las rentas de los docentes designados cuyo pago fue interrumpido en el mes de septiembre del año 2014.
- Permitir altas por bajas, para que las cátedras puedan mantener su funcionamiento y las diversas tareas proyectadas.
- Revisar la conformación de las llamadas “megacátedras” y fusiones inconsultas de equipos de docentes en diversas materias del CBC, especialmente de Introducción al conocimiento de la sociedad y el Estado.
- No avanzar en reformas curriculares sin la participación del conjunto de los docentes del CBC. No avanzar en la modificación de los planes de estudio, el cambio en los contenidos mínimos de las materias, la reforma del CBC, etc., sin un convocar a la comunidad académica a un proceso de discusión abierta y elaboración de conjunto (seminarios, jornadas, etc.).
- Convocar a los docentes del CBC a una discusión colectiva sobre la función pedagógica y social del CBC y sobre la necesidad de modificar los contenidos y las modalidades de enseñanza. Los 30 años de democracia, los 30 años del CBC son suficiente motivo para un encuentro general de docentes, egresados, administrativos.
- La urgente institucionalización del CBC. Queremos un gobierno democrático para el CBC, basado en un demos universitario de docentes, alumnos y no-docentes. Revisemos su propuesta original.
Van firmas con nombre,
apellido, cargo y materia...
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