El título de la tapa de
la traducción del clásico de Thomas Hardy reza: Tess. Una mujer pura;
adentro la portada sólo dice Tess. El
original de 1891 se llama Tess of the d’Urbervilles, y para su primera edición en libro el autor incluyó el subtítulo Una mujer pura.
La mitad superior de la tapa es una foto azulada en la que se observan una
piernas desnudas; la mitad inferior (que se entienda bien: no es una faja
agregada sino que está impresa en la mismísima tapa) va en furioso rojo para
destacar la frase calada en blanco: “Esta es la trágica historia de una hermosa
mujer y parte de mi inspiración para Cincuenta
sombras de Frey”, y en tipografía bien grande la firma “E. L. James, autora
del bestseller Cincuenta sombras de Grey”. La edición está fechada
en Barcelona en 2012, y es producto del sello Planeta. Una vergüenza editorial.
La contratapa señala: “Tess ha sido traducida a numerosos
idiomas y adaptada para la ópera, el cine y la televisión. En 1979, Roman
Polanski la llevó al cine, siguiendo la sugerencia que le hiciera su mujer,
Sharon Tate, poco antes de su trágico final”. La solapa posterior ubica dentro de
las misma colección las tapas de Yo también
tuve una novia bisexual, de Guillermo Martínez, con tapa sobra foto de
sensual ombligo; Todo sobre las mujeres
de Ana María Shúa y El libro de los
placeres prohibidos de Federico Andahazi.
¡Pobre Thomas Hardy!
¡Pobre humanidad!
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