La privatización, mercantilización, precarización y elitización de la universidad pública avanza al galope de Bolonia -explica Jesús Castillo- y coincide, no por casualidad, con los recortes sociales del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que impactan, también, de manera brutal en la juventud.
No por casualidad Aart de Geus, secretario general adjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha enfatizado que: "La universidad es el punto fundamental en la conexión entre el mundo de los negocios y la educación".
La española es una juventud que sufre un desempleo del 44%, el más elevado de Europa, y una precariedad laboral generalizada. A esto hay que sumar la última reforma laboral que abarata y facilita el despido, y regulariza el encadenamiento de contratos en prácticas más largos (por el grado y la maestría), y el pensionazo (“ajuste” de las jubilaciones) que hará que la mayoría de los jóvenes no cuenten con una pensión digna.
En este contexto, los gobernantes tienen la poca vergüenza de pedirle a las universidades que se preocupen por la “empleabilidad de sus egresados” y que ajusten la oferta universitaria a la demanda de profesionales de las empresas, en un mercado laboral injusto socialmente y marcado por la especulación y los beneficios cortoplacistas.
Los recortes sociales no se han limitado a la universidad pública, sino que han entrado hasta la última aula de todas las casas de altos estudios. Por ejemplo, en Cataluña el gobierno de la generalidad recortó el presupuesto de educación superior en cerca de un 15% en 2010. En Madrid, el presupuesto de las universidades se ha recortado en más de un 30% en los últimos años. En la Universidad de Sevilla se ha congelado la partida presupuestaria destinada al profesorado, etcétera.
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