Palabras
hubo muchas, charladas, gritadas y escritas, pero algunas marcan la conciencia
de cada quien de manera particular, distinta. En eso piensa en el viaje de
vuelta antes de quedarse dormida en el asiento del ómnibus.
Entonces
es cuando mira la declaración que sale arrugada de su bolsillo y nota que hay
una única frase que se le ocurrió subrayar. Dice: “En momentos donde la
violencia machista avanza en un contexto de ajuste económico en el nivel
nacional y de criminalización de la protesta social, las mujeres resistimos y
luchamos por un mundo distinto”. Esas son -ahora se da cuenta- sus palabras.
Los
momentos compartidos durante los días de mediados de octubre en Resistencia,
durante la edición número 32 del Encuentro Nacional de Mujeres fueron de gran
impacto para todas las que participaron, aun cuando el eco en cada una suene
diferente a la hora de la reflexión y el balance.
Quizás
sea cierto que las organizadoras inflaron indebidamente los números como para
ganarse un lugar en los medios comerciales y aplacar el debate político, es
posible. Quizás sea exagerada también aquella repetida sentencia de que algo
cambia en cada mujer que participa, pero no tanto. Porque sin duda alguna ella
va de regreso un poco distinta.
Cómo,
cuánto, eso lo ira sabiendo con el correr de los días calculan sus pensamientos
mientras se pierden finalmente en algún tumultuoso sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario