La CTERA ha realizado un
estudio pormenorizado del proyecto de Presupuesto Educativo presentado por el
Gobierno Nacional y, como resultado del mismo, se ha elaborado el presente
informe en el que se pone en evidencia el fuerte ajuste que representa este
presupuesto en materia educativa. Ajuste que tiene una relación inversamente
proporcional con el incremento que en el mismo presupuesto nacional se le
asigna al pago de los servicios de la deuda externa.
En esta oportunidad,
nuestra organización vuelve a presentar las críticas sobre las definiciones del
presupuesto educativo, tal como lo hiciéramos el año anterior, cuando también
se había realizado un ajuste en educación. Ajuste que no sólo se traduce en la
reducción nominal del presupuesto propiamente dicho, sino también en el proceso
de desfinanciamiento, desmantelamiento y subejecución que el gobierno actual
viene sosteniendo y profundizando desde su asunción en el año 2015.
Los datos observados en
nuestro estudio dan muestra fehaciente de una rebaja considerable en la
ejecución de Presupuesto Educativo en 2017, como así también se observa el
incumplimiento de la mayoría de las metas fijadas por este mismo gobierno.
El proyecto de
presupuesto para el año entrante continúa la política de ajuste que viene
sosteniendo el Ministerio de Educación de la Nación, afectando principalmente a
los programas socioeducativos, a la formación docente, al plan conectar
igualdad, la inversión edilicia para la construcción de jardines de infantes,
entre otros. Un ajuste que ataca la educación de calidad que pregonan los
funcionarios.
Por citar los datos más
reveladores, tenemos, en primer lugar, que el pago de los servicios de la deuda
externa se ha duplicado a partir del 2016, pasando de un 7,7% del gasto total
en 2015 al 14,5% en 2016 y a un 11,1% sólo
en el primer semestre del 2017.
Asimismo, los Programas Socioeducativos se ven afectados en tanto se
anuncia una reducción del 8% para las
partidas que financian el Programa Gestión Educativa y Políticas
Socioeducativas, lo que implica un ajuste real de -23,5 %.
Para el año 2018 se
elimina el Programa de Biblioteca del Maestro.
En Formación Docente sólo se prevé un incremento del 3%, lo que implica
una pérdida real de 14,1 %. Y queda claramente expresado que el ex Programa Conectar
Igualdad (Ahora denominado Plan Nacional de Educación Digital) se reduce un 43% del presupuesto, lo que significa una
pérdida real de -52,5 %.
En el caso emblemático
de la construcción de Jardines de Infantes, tan anunciada en campaña electoral
y en plena gestión de este Gobierno, presenta un dato preocupante ya que se
propone un incremento del 8,4%, es decir una pérdida real entre un año y otro
del -9,8 %. Respecto de la ejecución
hasta el día de la fecha se observa que de los 150 jardines de infantes
prometidos para 2016 y los 450 para el 2017, no se han construido ninguno.
Otra de las cuestiones
a tener en cuenta es que en el presente presupuesto se excluye del articulado
del Proyecto de Ley del artículo que establecía que el Fondo Nacional de
Incentivo Docente y el Programa Nacional de Compensación Salarial Docente no
pueden tener un Presupuesto inferior al del año anterior. Este artículo venía
incluyéndose en todos las Leyes de Presupuestos de los últimos años y su
exclusión resulta indicativa de la intención del Poder Ejecutivo de avanzar
sobre estos fondos que comprometen el aporte nacional a los salarios docentes.
A esta reducción para
los presupuestos anunciados para el 2018, hay que agregarle que también hay una
subejecución observada en el primer semestre del 2017 y que se manifiesta en:
menos beneficios para el Programa Progresar; virtual paralización de los Planes
de Distribución de Libros de Texto, Lectura y Manuales, Colecciones literarias
y Plan Nacional de Lectura; cierre de los Programas de Alfabetización de
Adultos; menos subsidios a las escuelas en situación de vulnerabilidad;
ostensible disminución en la cantidad de metros cuadrados de mejoramiento de la
infraestructura escolar, y en la cantidad de escuelas construidas;reducción en
cantidad de becas para estudiantes de formación docente, de grado y de
posgrado, para carreras universitarias prioritarias y para alumnos
universitarios de bajos recursos; desfinanciamiento de la Educación Técnica.
Desde CTERA denunciamos que todos estos procedimientos financieros y presupuestarios ponen en peligro el cumplimiento de la meta del 6 % del PBI destinado para educación que establecieron las leyes de Financiamiento Educativo (26.075) y de Educación Nacional (Ley 26.206).
Desde CTERA denunciamos que todos estos procedimientos financieros y presupuestarios ponen en peligro el cumplimiento de la meta del 6 % del PBI destinado para educación que establecieron las leyes de Financiamiento Educativo (26.075) y de Educación Nacional (Ley 26.206).
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