Los medios de comunicación comerciales han destacado en estos días un hecho curioso que, por otra parte, sirve para seguir midiendo la monumentalidad histórica del personaje involucrado. Se trata, nada más y nada menos, que del argentino Jorge Bergoglio, el Papa Francisco. El hecho, que se enfatiza como infinitamente significativo, es su fluorescente desembarco en la portada de la edición internacional de la revista Rolling Stone, fundada allá en el San Francisco psicodélico de 1967.
La Biblia del rock & roll y el periodismo underground, señalan los comentaristas, se ha visto obligada a rendirse frente a la arrolladora revolución en los usos y costumbres que la nueva gestión vaticana trae consigo. Así lo demostraría incluso el título que acompaña el reportaje, que está tomado de una pieza de Bob Dylan, "The Times They Are A-changin'" ("Los tiempos están cambiando"), original de 1964, arquetipo de la popularmente llamada "canción de protesta" y una de las preferidas por los miles de jóvenes estudiantes y trabajadores estadounidenses -pero no sólo ellos- que marcharon contra la invasión militar yanqui a Vietnam y la defensa de los derechos civiles.
Claro que la interpretación de la anécdota puede ser exactamente la inversa, y es la que aquí se impulsa. La mencionada tapa de la Rolling Stone más que hablar del Papa es un confesión de parte acerca de en qué se ha convertido (hace ya tiempo, vale la pena resaltar) la otrora rebelde "cultura rock".
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