La jornada arrancó con asambleas en varios barrios o circunscripciones escolares, allí tanto profesoras, profesores, madres, padres y personal auxiliar de las escuelas, debaten cómo enfrentar tanto el estado en que se encuentra la educación pública en Francia como el nuevo protocolo que el ministro de Educación Jean Michel Blanquer lanzó para las escuelas, considerado poco claro y muy laxo en cuanto a las medidas sanitarias para preservarse de los contagios.
La bronca de trabajadoras, trabajadores de la educación, junto con la de madres y padres fue creciendo a medida que la ola de Ómicron se extendía y crecía por el país y el gobierno de Macron solo buscaba a toda costa tener las escuelas abiertas para poder garantizar que madres y padres concurran a sus trabajos y así no detener la economía y preservar las ganancias empresariales.
Por este motivo es que los sindicatos se vieron obligados a llamar al paro y movilización.
El informe completo de Red Internacional de La Izquierda Diario se puede leer aquí.
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