Hace pocos días, el
oficialismo presentó en la Legislatura un proyecto de ley que pretende votar
esta semana. Se trata de la creación del Legajo Único de Alumnos para
centralizar en forma digital los datos personales, informes y la trayectoria
escolar de cada alumnx.
Nuevamente, bajo un
falso discurso de “modernización”, el
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires intenta avanzar en una reforma
educativa profunda: no se trata aquí de facilitar el acceso de las
instituciones que intervienen en la formación de un estudiante -como pretende
hacer creer el Gobierno-, sino que, tal
como sucede en otros países, el verdadero objetivo de esta iniciativa es
centralizar la información de lxs alumnxs para discriminarlxs por capacidades y
de acuerdo a eso asignar las vacantes y las posibilidades de acceso a estudios
futuros. Así, unx niñx que atravesó una escolaridad primaria “difícil” verá
cercenadas sus posibilidades a la hora de acceder a la escuela secundaria.
Las escuelas tenemos
mecanismos para circular información trascendente de lxs estudiantes de un
nivel a otro; no hace falta para eso generar un banco de datos donde se
expongan datos personales y académicos.
El gobierno ya ha
realizado avances en este sentido: la digitalización y carga de informes en una
plataforma en el pasaje del nivel Inicial al Primario y del Primario al
Secundario se rige con esta misma lógica y por este motivo fue masivamente
rechazada en 2017 por lxs docentes que asistieron a las capacitaciones. En la
misma línea, en los últimos dos años se hicieron intentos de avanzar con
exámenes de funciones cognitivas con la Fundación INECO en el Nivel Inicial y
comenzó a destinarse mucho tiempo a la carga de información sobre el proceso de
cada alumnx en la “Secundaria del futuro”.
Si bien estos
mecanismos aún no se utilizan para seleccionar la matrícula de las escuelas,
estas medidas se encaminan paulatinamente hacia un sistema educativo cada vez
más fragmentado con escuelas que “ofrezcan” distintas oportunidades y donde los
chicos puedan acceder de acuerdo a sus “capacidades”. Así, se destruye por
completo la fuerte tradición democrática de nuestro sistema educativo, en donde
la escuela puede constituirse como un factor de movilidad social y no existen
restricciones normativas para acceder a los siguientes niveles de formación.
Un párrafo aparte
merece el modo en el que nuevamente el gobierno avanza en reformas educativas:
lxs principales involucradxs no somos siquiera consultados sobre los cambios
que pasan directamente del Ministerio a
la Legislatura y luego se aplican unidireccionalmente en las escuelas.
Por todo lo expuesto,
desde Ademys (Asociación Docente de
Enseñanza Media y Superior) rechazamos por completo el legajo único de
alumnxs.
¡No
a la estigmatización de lxs estudiantes!
¡No
a la selección de matrícula y discriminación por capacidades!
¡Abajo el plan de reformas educativas del gobierno!
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