Seguían
las discusiones, las presiones del gobierno al frente del cual ya no está Jorge
Capitanich pero todavía queda su sombra justo cuando uno de los maestros en
asamblea tiró enojado, y como un argumento incontrastable, la factura que
acababa de recibir sobre la mesa de la sala de una pequeña pero numerosa y viva
escuela de Resistencia.
Grande
había sido la sorpresa de todos cuando recibieron las boletas de luz de la
empresa provincial SECHEEP, que retroactivamente a febrero de este año había
aplicado, lejos del 34 por ciento que anunciara oportunamente, en muchos casos
hasta el 70 y casi el 100 por ciento de aumentos. Además, con el agravante de
haber adelantado las fechas de vencimientos, para cuando ni siquiera los
empleados públicos cobraron los sueldos. Mientras tanto, se anoticiaron por los
medios de que la empresa provincial del agua, SAMEEP, anunciaba un incremento del
30 por ciento a través de su titular, como para que no quedaran dudas.
¿Tiene
sentido explicar por qué estamos peleando por un aumento salarial digno los
docentes de la provincia del Chaco y del país entero?, fue la idea que de
inmediato ocupo la cabeza de todos.
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