Claramente la medida choca con los reclamos del movimiento estudiantil, lxs docentes que bregamos por presupuesto y capacitación en ESI y su implementación, así como con el colectivo LGTBIQ+ y el movimiento de mujeres. El gobierno que demagógicamente ilumina edificios públicos con la bandera de la diversidad ahora brega por la invisibilización de la diversidad de identidades existentes abonando a diferentes violencias por razones de género tanto simbólicas como materiales y fomentando la discriminación y la vulneración de derechos.
El lenguaje es una construcción socio histórica, y durante los últimos años se ha logrado que se expresen y visibilicen, también a través del lenguaje, las luchas del movimiento de mujeres y diversidades en torno al reclamo por el Ni Una Menos, el aborto legal, la implementación de la ESI, el cupo laboral travesti trans, el matrimonio igualitario, el derecho al reconocimiento de la identidad de género, la separación de la Iglesia del Estado, entre otros. La escuela es una importante puerta para desarrollar diferentes contenidos sociales y ejes transversales de la ESI y es garante de derechos. Por ejemplo, el derecho a la identidad. Borrar, prohibir, censurar el uso del lenguaje inclusivo es directivamente violentar y vulnerar los derechos de las personas no binarias, algo que está expresamente establecido en el cuerpo de la Ley de Identidad de Género.
La escuela cuyo objetivo es construir conocimiento y formar ciudadanxs críticos debe ofrecer distintas perspectivas, miradas, posiciones, para que nuestrxs alumnxs puedan formar la propia, decidir y elegir realmente. Debatir con otrxs, intercambiar, aunque no se esté de acuerdo. Para ello la implementación de la ESI es de primer orden, pero son múltiples los bloqueos a la misma a partir de la injerencia clerical en la educación y el sostenimiento de la asociación entre iglesias y Estados. Por ello, la resolución se constituye como un guiño directo a los sectores más reaccionarios y un ataque a les pibis y al enorme movimiento de mujeres y diversidades que peleamos por nuestros derechos.
Es un hecho que son muchxs lxs estudiantes, familias, docentes e incluso medios de comunicación que se expresan en lenguaje inclusivo. Es un hecho que las universidades destacadas han construido incluso un protocolo para su implementación y alientan el uso del mismo. Es un hecho que estamos en el momento histórico exacto en que la sociedad cambia. Por eso no es casual, que como docentes defendamos el derecho de lxs pibxs a la ESI; que trabajemos las leyes de identidad de género; la Declaración de los derechos del niño, niña y adolescente; y que denunciemos, rechacemos y repudiemos cada intento de este gobierno de avasallar nuestros derechos y conquistas como trabajadores y el de lxs pibxs a expresarnos y a ser nombradxs. Porque lo que no se nombra, no existe.
La fuerza de lo que expresa el lenguaje inclusivo no puede ser cancelada ni prohibida por una resolución.
Desde Ademys (Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior) y la Comisión de Mujeres y Géneros declaramos la defensa de lenguaje inclusivo y nos manifestamos contra toda forma de cercenamiento, bloqueo, persecuciones y sanciones por su utilización.
Llamamos al conjunto de la docencia a rechazar lo que constituye una persecución a docentes y estudiantes y a todas las que luchamos por la ESI, en tanto es una medida reaccionaria de la mano de las Iglesias que identifican el lenguaje inclusivo con “ideología de género”. Convocamos a organizarnos desde las escuelas y expresar nuestro repudio mediante campaña de fotos y las acciones que definamos colectivamente.
#ESIyderechosparatodxs
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