Hoy nos estremecemos por nuestras infancias vulneradas. Hoy nos duelen las necesidades de nuestras comunidades. Hoy somos esa compañera que pone el cuerpo cotidianamente en cada escuela.
El viernes nos conmocionamos por los hechos de inusitada violencia ocurridos en un jardín de infantes de nuestra ciudad. La falta de medidas preventivas, de acciones acordes a la complejidad de cada situación y la ausencia de esclarecimiento de los hechos, hacen un suelo fértil para que estos hechos se multipliquen.
Las infancias y adolescencias viven situaciones complejas de vulneración social. El Estado es responsable. Lo decimos desde siempre y hoy toma sentido más que nunca: los presupuestos educativos bajan y la ausencia del gobierno nos golpea fuertemente.
En nuestros barrios ya hemos perdido los espacios públicos: las veredas, las plazas, los clubes ya no son de nuestras infancias y adolescencias. Las familias padecen la degradación de las condiciones de vida. El único lugar que continúa alojando, y apuesta a que los destinos no sean fatalidades, es la Escuela Pública, la que hoy sostenemos con nuestras ideas, nuestras ganas y nuestros cuerpos.
Desde hace tiempo las escuelas públicas vienen atravesando situaciones que afectan profundamente a quienes las habitamos. Advertimos que esta situación no irrumpe, sino que se viene generando pese a los insistentes reclamos de docentes, directivos y sindicatos.
Las escuelas no están ajenas a lo que socialmente sucede, eso lo sabemos quienes trabajamos en ellas, pero es inadmisible el linchamiento físico, simbólico y mediático que venimos sufriendo. El ministerio de educación debe garantizar el cuidado y el resguardo de sus trabajadoras y trabajadores.
La profunda relación que desde siempre construimos con nuestras comunidades educativas es parte de la salida colectiva que levantamos como bandera: los abrazos solidarios de cada escuela, el sostenimiento sin recursos del vínculo pedagógico durante la pandemia, las colectas, los frazadazos son algunas expresiones que dan cuerpo a estas ideas.
Este encuentro, este gigante abrazo que hoy en esta, nuestra plaza nos damos, fue la decisión de cientos de compañeras y compañeros que en forma espontánea decidimos que el viernes se había cruzado un limite y que no estamos dispuestxs a permitirlo. La respuesta colectiva que hoy damos es un reclamo profundamente sentido: necesitamos políticas de cuidado integrales para la docencia, para nuestrxs estudiantes y todas las comunidades educativas.
Por todo lo dicho exigimos:
•El cuidado de las infancias y el esclarecimiento de los hechos ocurridos
•Inmediato resguardo y acompañamiento efectivo de las y los compañeros afectados. Licencias de excepcionalidad y equipos profesionales a disposición.
•Aplicación de protocolo de emergencia para resguardar las escuelas de la zona
•Aumento del presupuesto educativo
•Creación de cargos para equipos socio educativos y de ESI
•Ninguna escuela sin todos los cargos necesarios para atender las necesidades pedagógicas y vinculares de nuestros estudiantes.
AMSAFE (Asociación del Mgisterio de la provincia de Santa Fe), seccional Rosario
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