Las Jornadas de Formación por la Semana de la Educación Especial, destinadas a docentes de la modalidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se realizan la semana del 30 de noviembre de manera virtual.
La convocatoria
realizada por el Ministerio de Educación de CABA se inscribe en la línea de
ataque que la misma ministra Soledad Acuña ha desenvuelto para con el conjunto
de la docencia en las últimas semanas.
Sosteniendo la idea de
que dar clases es cuestión de buena voluntad y esfuerzo personal, el lema
convocante -“del impacto de la pandemia al devenir creativo”- resulta una burla
para quienes cada día con o sin pandemia y desde hace mucho tiempo, sostienen la
educación de miles de niñes jóvenes y adultes con y sin discapacidad en las
escuelas, en los centros integrales de la modalidad y en las trayectorias
inclusivas. No está de más avisarle nuevamente a la ministra que si caminara
una escuela vería cómo a la docencia le sobra creatividad y en cambio lo que sí
le falta, son recursos. Y esta vez en pandemia, pero como siempre, los recursos
que sí hubo, los volcaron las familias, les docentes y estudiantes.
Por eso el balance del
2020 en la Semana de la Educación Especial debe pasar por otro lado. Pasa por
les miles de pibes que han quedado afuera del sistema educativo con todas las
implicancias que en su desarrollo integral tendrá esta situación. Nunca podrían
abordarse las áreas del desarrollo integral, subjetivo y del aprendizaje que
abordamos en la escuela, con videollamadas de whatsapp, a las que incluso sólo
una minoría pudo acceder, y con archivos o paddlet de cualquier formato, si sus
familias no pueden recibirlas y/o descargarlas o imprimirlas por falta de
dispositivos, conectividad y recursos.
Las barreras en el
desarrollo, comprensión y expresión del lenguaje y la comunicación, requieren
intervenciones pedagógicas, fonoaudiológicas y psicológicas específicas que
atiendan a todas las funciones comunicativas tales como pedir, informar,
expresar, comentar, imaginar, etc. y especialmente, a la construcción y
afianzamiento de lazos familiares que las deseen y promuevan.
Las barreras en el
sostén atencional y en general los desafíos de tipo cognitivos requieren de
estrategias didácticas más complejas que varían en la cantidad de información
presentada al unísono, en el recorrido y la progresividad de los contenidos, y
en las metodologías de enseñanza y aprendizaje.
No hace falta explicar
los requerimientos que el proceso de enseñanza y aprendizaje presenta cuando se
trata de incluir personas con discapacidades motrices u otras de tipo
sensoriales, muchas de las cuales están impedides de dominar sus movimientos
corporales con autonomía o acceder de lleno a la información circundante y por
lo tanto sostener la mirada en una pantalla de 3 x 4 centímetros o usar las manos para
atender una llamada de celular resulta imposible.
Claro que existen miles
de inventos tecnológicos que podrían haber ayudado. Pero el Ministerio de
Educación parece que está para otra cosa.
Provenientes de las
familias y los barrios más vulnerados, pues hoy quien tiene obra social es
orientado desde los mismos organismos del Estado hacia los centros terapéuticos
privados, les pobres con discapacidad han sido objeto de un abandono brutal,
pues para completar el cuadro también han sido excluides de la posibilidad de
acceder al IFE por cobrar toda la familia una pensión miserable de 12.000
pesos.
No hay ninguna medida
que el Ministerio de Educación tenga en mente para paliar la situación a que
han sometido a les pibes. Más allá,
claro, de la ampliación de un par de semanas de clases que bien disciplinen a
la docencia, atacando el receso, y condenando a les pibes a aulas sin
condiciones mínimas para hacer frente al
calor.
El artículo completo de
Valeria Filgueira puede leerse aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario