Leemos en la revista de
La Nación (Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, 3 de noviembre de 2013, pág. 42), en medio de un artículo titulado “Aquellos
años felices”, que el periodista Martín Wain cita unos versos de Silvina Ocampo
que dicen: “Reinabas sobre el mundo más adverso / como si no te hubiera
lastimado. / Nos une siempre la naturaleza: / el árbol una flor una tarde las
barrancas /misterios que no rompen la armonía”. Pertenecen al poema “El ramo”,
dedicado a su hermana Victoria y escrito unos días después de su muerte.
De pronto nos acordamos
de haberlo leído alguna vez completo, y que nos gustó, algo que no suele
ocurrirnos con la poesía de Silvina Ocampo.
Releído el fragmento
con atención, advertimos que todo la poesía contemporánea que nos importa se
escribió a contrapelo de lo que sugiere la estrofa. Toda la poesía
contemporánea que nos importa es lastimadura y desencaja cualquier posibilidad
de armonía.
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