LA NUEVA LEY DEL PUNTO
FINAL Y LA IMPUNIDAD EN EL TEMA AMIA
Quiero comenzar este
acto compartiendo con todos ustedes mi emoción por estar viviendo días muy
intensos y contrastantes. En la última semana hemos sido parte de
manifestaciones extraordinarias contra la impunidad. Y no sólo porque la gente
nos expresó en las calles su solidaridad espontánea, genuina, alentándonos a
seguir, a no bajar los brazos en la lucha por la verdad y la justicia, y contra
esta ley miserable que los diputados se aprestan a votar. Hace pocos días,
participamos de un gran acto en Plaza de Mayo junto a miles de personas que se
concentraron en solidaridad con las víctimas de la masacre del Once, reclamando
justicia, exigiendo que ese crimen no fuera a quedar impune. Sentimos también
la gratificación de haber compartido la movilización popular que logró una
acusación contundente contra los asesinos de Mariano Ferreyra.
Este es el camino que
elegimos y compartimos con ustedes: la denuncia pública y la movilización
popular contra las políticas de impunidad del gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner.
Una vez más, nos
encontramos aquí, en la calle, movilizados junto a las organizaciones del
EMVyJ, junto a todos ustedes, que nos acompañaron en 1994, en este lugar, para
solidarizarse y repudiar el atentado a la AMIA, y que nos acompañaron también
en 2004, para denunciar la consagración de la impunidad consumada por un juicio
oral fraudulento que liberó a los Telleldín y a los Ribelli, primeros eslabones
de la conexión local del atentado.
Hoy venimos a
manifestar nuestro repudio a la sanción de la ley que aprueba el Memorando de
Entendimiento argentino-iraní. Con la obediencia debida de los diputados y
senadores oficialistas y sus aliados, el
gobierno de Cristina Kirchner quiere poner un “punto final” a cualquier
investigación de la masacre de nuestros familiares y amigos en la AMIA.
Somos conscientes del
manoseo y la confusión deliberada que orquestó el gobierno nacional. Después de
reiteradas mentiras, el gobierno reconoció que lleva por lo menos dos años
negociando cómo sacarse de encima el tema AMIA. Primero lo hizo en secreto bajo
el patrocinio de las principales potencias mundiales y, después, en el marco de
las Naciones Unidas, con el único objeto de lograr un acuerdo político con Irán
en nombre del esclarecimiento del atentado a la AMIA, que ya saben de antemano
que no van a resolver.
El resultado de las
negociaciones fue el “Memorando de entendimiento” que están votando, y que nos
sacudió junto a todo el pueblo argentino. Por eso convocamos a este acto para
expresar el repudio popular contra el “punto final”, la “obediencia debida” y
la consagración de la impunidad que esta ley traerá como consecuencia.
Hace apenas un mes, la
Presidenta anunció este acuerdo político como aquel que iba a superar la
“farsa” de las políticas del Estado nacional en los últimos años y les iba a
permitir avanzar en el esclarecimiento del atentado.
Como si fuera ajena a
esa farsa, la Presidenta, que prometió una solución jurídica, que prometió no
subordinar la investigación a intereses geopolíticos extranjeros, nos impone un
acuerdo que no presenta ninguna de las ventajas que ella festejó en las redes
sociales y sus funcionarios, en el parlamento. De aprobarse la ley, el gobierno
Kirchner va renunciar formalmente a todo lo que prometió hasta ahora.
Hoy queremos explicar
en qué términos y por qué nos oponemos a esta ley que los diputados se aprestan
a sancionar y así poder entender esta nueva maniobra oficial.
¿Es cierto que esta ley
signifique algún “avance” para “destrabar” la causa judicial de la AMIA? NO, NO
ES CIERTO.
Ni el gobierno se lo
cree. Timerman no cree que esta ley ayude a esclarecer la verdad. El juez
Zaffaroni desea que “ojalá sirva para algo”.
Esta ley nacional no
destraba nada porque no se propone investigar la responsabilidad local en el
crimen de nuestros familiares y amigos. Su único propósito es abandonar el
montaje anterior de una acusación internacional que nunca probaron, y en la que
ellos mismos no creen.
La acusación contra
Irán fue un montaje que empezó en 2003, cuando el gobierno y los jueces se
preparaban para liberar a la primera línea de la conexión local del atentado.
Después de largar a Telleldín y a Ribelli, nunca más se habló o investigó
conexión local alguna. El fiscal Nisman fue más lejos aún, y llegó a afirmar
-desafiante- que jamás hubo una conexión local del atentado.
Hace diez años, cuando
los Kirchner llegaron al poder empezaron a construir la “pista iraní” para
reemplazar a la conexión local que ya estaban dejando en el olvido. En agosto
de 2003, el canciller Bielsa anunció claramente que acusar a un país a 20000 km
de distancia le servía al gobierno para salir de la imputación que hacíamos
acerca de la responsabilidad local, la propia responsabilidad del Estado
argentino en el atentado. Por entonces, la acusación contra Irán servía para
poner el atentado al servicio de los intereses políticos de las grandes
potencias que señalaban a Irán como parte del “Eje del Mal”.
Nuestro país, asociado
a Bush y a Sharon, sumaba el tema AMIA a esta acusación política. Mientras
negaba la existencia de una conexión local, el fiscal Nisman dio una cobertura
jurídica y armó una acusación internacional basada en testimonios de
terroristas y opositores iraníes. Hoy sabemos por cables secretos revelados por
Wikileaks de la colaboración y el control
que la CIA y el Mossad tuvieron en el armado de esta acusación.
Todas estas
manipulaciones de alcance internacional fracasaron. Ayer, en el plenario de las
Comisiones de Diputados, Timerman reconoció que el país terminó aislándose
internacionalmente, después de insistir con una acusación en la que ningún país
creyó.
¡Qué notable! Hace años
quieren vendernos que persiguen a una supuesta conexión internacional para
justificar el abandono de la búsqueda de los responsables locales y, ahora, que
reconocen 7 años sin progresos, en medio del descrédito internacional, tratan
de desandar el camino de esa acusación sin mayor prueba, en secreto. ¡¡Es una
confesión que habla de las políticas del gobierno!!
Para lo único que sirve
el memorando firmado es para limpiar la mesa de las negociaciones mundiales con
Irán, que acaban de iniciarse en Kazakhstán.
Éste es el único
“avance” que significa esta ley: poner el tema AMIA al servicio de esta
instancia de “diálogo” internacional que no tiene nada que ver ni con el
esclarecimiento del crimen ni con saber la verdad. Esta ley es un nuevo
obstáculo para conocer la verdad porque sólo busca justificar el pasado y el
presente encubridor del propio Estado nacional.
El gobierno argentino
es consciente de los límites insalvables de esta ley para avanzar hacia la
verdad y el esclarecimiento. Pero cuando dice que si el acuerdo no resulta,
todo queda como está, miente una vez más.
No es cierto que todo
queda como está. Será peor. Porque ahora se la van a pasar años discutiendo la
constitucionalidad o no de una ley que no sirve para avanzar en nada ni para
castigar a nadie, mientras el Estado renuncia formalmente a su obligación de
ejercer la persecución penal de los responsables y las querellas de las
víctimas pueden verse bloqueadas.
Aún no fue sancionada y
ya se autojustifican y naturalizan la impunidad. Su único propósito es seguir
encubriendo.
Después de escribir
cientos de miles de fojas en supuestas investigaciones judiciales, gastar miles
de pesos en viajes de especialización en terrorismo internacional y
delegaciones que viajaron a las asambleas de Naciones Unidas, nos encontramos 19 años después sin saber
nada y sin ningún preso.
La ley del memorando es
la culminación del ciclo político abierto por el gobierno de Néstor Kirchner en
el tema AMIA. Es la demostración de la incapacidad y el fracaso para esclarecer
este crimen de terrorismo de Estado del cual el Estado argentino es responsable
en, al menos, su encubrimiento, que fue reconocido por el propio gobierno de
Kirchner en el Decreto 812 del 2005. Porque el Estado sigue ocultando sus
responsabilidades como “conexión local” del atentado y por el fracaso del
montaje de una acusación internacional, esta es una ley de encubrimiento.
Después de 19 años, el Estado argentino no puede ofrecer ninguna salida porque
es el organizador del encubrimiento y de la impunidad.
No fue solamente el
Poder Ejecutivo. El Parlamento lo ayudó a través de la Comisión Bicameral de
Seguimiento de los atentados, que sostuvo todos los delitos e irregularidades
que cometieron el ex juez Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia. Y pensar
que la Presidenta se siente orgullosa de haber integrado esta Comisión de
encubridores, que hasta los jueces mandaron investigar. Las cosas que hizo el
Parlamento usando como excusa el atentado a la AMIA son vergonzosas. Sancionó
la ley del arrepentido a la medida de Telleldín y la ley del testigo de
identidad reservada para amparar a los buchones de la bonaerense o de estados
extranjeros. Reformó el Código Penal introduciendo nuevos artículos represivos,
e impuso la ley antiterrorista en nombre del atentado a la AMIA con el único
propósito de amenazar y reprimir las luchas populares.
Y la última que acaban
de hacer… ¡¡trajeron diputados truchos para hacer aprobar esta porquería!!
Y qué se puede decir
del Poder Judicial, en el que todos delegaron la investigación de este
verdadero crimen político de Estado, cuando hasta el día de hoy no pudieron dar
cuenta de la trama de complicidades que ellos integran y legitiman.
El Estado argentino no
estuvo solo en el armado de tanto encubrimiento. Contó con el apoyo de sus
principales socios internacionales: Estados Unidos, Israel y los países europeos,
que lo integraron como aliado a la OTAN.
Y en nuestro país, la
complicidad de las direcciones de DAIA y AMIA fue de-ter-mi-nan-te. Acompañaron
todas y cada una de las políticas encubridoras del Estado nacional y lo
hicieron al servicio de lo que hace pocos días Israel llamó una “relación
íntima” con Argentina.
Acompañaron ayer,
cuando apoyaron a Menem y Galeano y aún hoy defendiendo a Beraja y exigiendo en
la fiscalía abandonar cualquier investigación de una conexión local. Acompañan
ahora, porque cuando cuestionan el Memorando, lo hacen en defensa de un Poder
Judicial impotente y encubridor; lo hacen en defensa del trabajo del Fiscal,
que intenta mantener a flote una supuesta conexión internacional para exculpar
al Estado argentino de sus propias responsabilidades.
El gobierno de los
Kirchner, junto a las direcciones de AMIA y DAIA nos trajeron hasta acá. Fue y
sigue siendo el secreto de Estado la condición necesaria para garantizar esta
situación de impunidad. Con esos secretos el Estado gobierna a espaldas del
pueblo y en su contra.
¡¡No puede ser que la
llamada Comisión de la Verdad que quieren imponer por ley vaya a conocer parte
de los documentos secretos en Teherán y los familiares y amigos de las víctimas
no podamos conocerlos en nuestro propio país!!
¡¡Basta
de leyes, decretos y archivos secretos!!
El repudio es
insuficiente si no tenemos una propuesta que ayude a avanzar en el camino del
esclarecimiento y la verdad. En los debates en senadores y diputados, Timerman,
Pichetto y Rossi dijeron no haber escuchado propuestas concretas, mientras una
parte de la oposición reclamó reuniones secretas con el juez y el fiscal o
sesiones secretas en el parlamento. ¡¡Qué decir de aquella oposición
parlamentaria que acompañó todos estos años de impunidad y todavía no puede
explicar qué hacen en sus propias filas funcionarios procesados por el
encubrimiento del atentado!!
Nosotros aceptamos el
desafío del gobierno. Nosotros sí formulamos una propuesta concreta. Dijimos
que para esclarecer el atentado y perseguir a los responsables de la conexión
local es indispensable la apertura inmediata de los archivos secretos en poder
del Estado, que siguen cerrados pese a las mentiras oficiales. Es indispensable
constituir una Comisión Investigadora Independiente, una comisión que
investigue la verdad incuestionable de las responsabilidades criminales y
encubridoras del Estado nacional y sus socios. Con sus aportes y resultados
podremos impulsar una acción penal legítima para condenar a todos los culpables
y no para generar nuevas maniobras de encubrimiento.
Estas propuestas no son
improvisadas ni oportunistas. Conscientes de que la investigación del crimen de
la AMIA aún no comenzó, las hemos defendido en los últimos 12 años cuando desde
este lugar desafiamos todos los intentos gubernamentales que impulsaron la
impunidad que nos agobia en nombre del esclarecimiento, del juicio y castigo.
La impunidad en la
masacre de la AMIA es una herida abierta que atraviesa a todo el pueblo
argentino. Es parte de la impunidad de hoy, como son los crímenes políticos
irresueltos de la desaparición de Jorge Julio López y el asesinato de Silvia
Suppo. Es parte de la impunidad de hoy, que ya se cobró las vidas de tantos
jóvenes luchadores, como Maximiliano Kosteki, Darío Santillán y Mariano
Ferreyra, entre otros. Es parte de la impunidad de hoy, cuando los negocios y
la corrupción matan en Cromañón y en Once.
Queridos amigos:
En la memoria de todos
nosotros está grabada la lucha de muchos años contra las leyes de punto final y
obediencia debida. Nos sentimos parte de esas luchas y afirmamos que ninguna
ley pudo impedir las luchas por verdad, justicia y castigo a los culpables.
Esta maniobra vergonzosa de aprobar una nueva ley de punto final en el tema
AMIA tampoco va impedir la continuidad de nuestra lucha y de estas exigencias:
¡No al punto final en
la masacre de la AMIA!
¡El Estado argentino es
el responsable del encubrimiento y la impunidad!
¡Exigimos la inmediata
apertura de los archivos secretos de la SIDE y de todas las fuerzas de
seguridad!
¡Exigimos la
investigación de la conexión local!
Reclamamos la formación
de una Comisión Investigadora Independiente
¡Justicia para las
victimas de la masacre de la AMIA!
Buenos Aires, 27
de febrero de 2013
APEMIA
(Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA)
apemia2002@yahoo.com.ar
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