Los estudiantes están nuevamente en las calles de Francia, a pesar de la semana de vacaciones. En París, varios centenares se concentraron delante del Senado y hubo manifestaciones en ciudades de provincia. Diversas universidades en funcionamiento, como la Sorbona , Lyon, Rennes están cerradas por el bloqueo de los activistas, o por la decisión administrativa de las autoridades que buscan desesperadamente impedir las asambleas.
Quienes comparan estiman que el movimiento es menor que el de 2006, pero las reuniones, huelgas y marchas han ganado ya a decenas de miles de estudiantes, centenares de escuelas secundarias y decenas de universidades. Una jornada nacional está llamada para el jueves 4, al final de las vacaciones. Resulta difícil precisar si este impulso podrá renovarse con las jornadas del 28 de octubre y del 6 de noviembre, así como con el final del receso escolar. La apuesta de todas las fuerzas del orden constituido es que la energía militante se haya agotado, aunque más no sea momentáneamente.
Después de comentar que el primer ministro que debería ser nombrado el 15 de noviembre, Jean-Louis Borloo, es muy afecto al vino rosado, el periodista de la televisión francesa completa su informe agregando que Nicolás Sarkozy mantiene fuertemente cruzados sus dedos. Vaya estadistas.
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