Que frente al asesinato de Mariano Ferreyra a manos de la burocracia sindical ferroviaria en territorio liberado por las policías federal y de la provincia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se haya visto obligada a mencionar, como para equilibrar las cosas, que se debía recordar que unos días atrás los militantes del Partido Obrero junto a otros cientos de estudiantes universitarios habían forzado las puertas para tomar el Ministerio de Educación constituye una lección formidable y definitiva. Teoría de los dos demonios remasterizada, sus palabras espontáneas e inconscientes permiten sacar mejores conclusiones sobre la naturaleza del Estado en general y de este gobierno en particular que cualquier largo y tedioso ensayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario