Como lo vienen
denunciando lxs docentes, en ninguna de los dos colegios existen condiciones
para una vuelta a clase masiva y con burbujas donde ya no se respeta el
distanciamiento en cada curso. No hay razones ni pedagógicas ni científicas que
justifiquen esta resolución que pone en riesgo la salud de quienes van a
estudiar y dan clase.
En ese cuadro, la
medida de fuerza está acompañada por iniciativas de visibilización, de acciones
conjuntas con los centros de estudiantes y familias.
La Mesa Ejecutiva y la
Asamblea de la AGD (Asociación Gremial
Docente de la Universidad de Buenos Aires) ratificaron su apoyo
incondicional al paro docente y al rechazo a una presencialidad sin
condiciones, con protocolos inaplicables y sin que se haya completado el
esquema de vacunación de la comunidad educativa.
Las medidas oficiales
anunciadas en estos días, tanto las del gobierno nacional, como las del
provincial o las de algunas autoridades universitarias, tienen como objetivo
una mayor apertura de actividades buscando crear un clima de que “la salida de
la pandemia ya llegó”.
Los mueve una necesidad
claramente electoral, ante la proximidad de las PASO de septiembre.
No obstante, en el país
está comenzando a expandirse la variante Delta del virus, que de acuerdo a la
opinión de los especialistas, en combinación con esta apertura generalizada,
puede provocar una tercera ola de contagios de proporciones incluso mayores que
las dos que ya vivimos y que dejaron un saldo de más de 100.000 muertos y
cientos de miles de trabajadores y trabajadoras con secuelas postcovid.
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