Solo es para los gastos de funcionamiento de la UBA (Universidad de Buenos Aires). NADA para otras universidades, NADA para salarios docentes y no docentes ni para terminar con el trabajo gratuito, NADA para ciencia y tecnología, NADA para las obras sociales que están en terapia intensiva. NADA para becas estudiantiles, comedores o albergues. Sólo para funcionamiento de la UBA, que representa menos de un 10% del presupuesto. Para más del 90% restante no sólo NADA sino que ni siquiera se dice algo.
El Consejo Superior de la UBA que acaba de votar este acuerdo y da por concluida la “emergencia presupuestaria”, evidentemente no consideró como parte de la emergencia el brutal atraso salarial que lo ha reducido a la mitad.
Los salarios de la docencia ya se depreciaron a niveles por debajo de la línea de pobreza: de diciembre a esta parte sólo aumentaron un 48,7% frente a una inflación del 106,7%. Decenas de colegas dejan su cargo para trabajar en otro nivel de la docencia o en la actividad privada y miles continúan trabajando gratis. Y ni siquiera hay convocada paritarias.
En los pasillos de las universidades y en distintos medios de comunicación, se vincula el giro del presupuesto a la UBA con las gestiones para que el radicalismo vote la Ley Bases. Hasta el propio bloque de senadores de la UCR lo hizo explícito en un comunicado.
Esta defección en la lucha cuando la emergencia sigue, luego de la movilización más grande de la historia en defensa de la universidad, que puso más un millón de personas en las calles para acompañar nuestro reclamo, hace más necesaria que nunca que docentes, no docentes y estudiantes profundicemos nuestra lucha.
El 22 todos a la jornada de lucha, el 23 paremos la UBA y todas las universidades del país. Volvamos a poner en pie un movimiento para que la universidad siga siendo pública, gratuita, científica y para que sus docentes puedan vivir de su trabajo.
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