Los cuerpos fueron
descubiertos en la Escuela Residencial para Indígenas Kamloops que abrió en
1890 y cerró a fines de la década de 1970. A lo largo de un siglo, se separó a
más de 150.000 niños y niñas indígenas de sus familias y se los envió a
escuelas residenciales para despojarlos de sus culturas e idiomas de origen e
integrarlos a la cultura canadiense hegemónica.
“Estos son solo algunos
de los niños y niñas que murieron en estas escuelas”, dice Cindy Blackstock,
directora ejecutiva de la Sociedad para la Atención a la Infancia y la Familia
de las Primeras Naciones. “Hay muchos más en tumbas no identificadas en todo el
país”.
En 2015, la Comisión de
la Verdad y la Reconciliación de Canadá llegó a la conclusión de que las
escuelas residenciales fueron parte de “una política conciente de genocidio
cultural” contra la población de las Primeras Naciones de Canadá.
Leer también: “El Papa no ofrece disculpas por el papel que jugó la Iglesia en la muerte de menores indígenas en Canadá”
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