El 13 de mayo se
cumplen 36 años del día en que la ciudad de Filadelfia bombardeó a sus propios
ciudadanos. Ese día de 1985, la policía rodeó la sede y casa colectiva de la
organización MOVE, un grupo radical que luchaba por la liberación negra, que se
negaba a cumplir la orden de desalojar las instalaciones. La policía inundó de
agua el edificio, lanzó gases lacrimógenos e inició un intenso ataque con armas
automáticas, sin poder desalojar a los residentes. Finalmente, los agentes de
policía lanzaron una bomba sobre la casa desde un helicóptero, lo que provocó
la muerte de once personas: seis adultos y cinco menores. Tras la explosión, el
fuego se extendió, quemó la manzana entera y destruyó por completo más de
sesenta viviendas.
Una redada anterior contra la organización,
ocurrida en 1978, había terminado con una lluvia de disparos por parte de la
policía y un oficial muerto. Los miembros de MOVE afirmaron que ellos no
dispararon un solo tiro y que el agente murió a causa de los propios disparos
de la policía. Sin embargo, nueve miembros de MOVE fueron condenados a cadena
perpetua por el asesinato del oficial. Una de las integrantes de MOVE
sentenciadas a prisión, Debbie Africa, dio a luz en secreto en su celda, apenas
cinco semanas después de su sentencia. Debbie se las arregló para mantener a su
hijo, Mike Africa, con ella durante tres días antes de alertar a los guardias.
Siete de los nueve miembros de MOVE condenados en aquel momento se encuentran
actualmente en libertad, después de cumplir 40 años en prisión. Otros dos
murieron en la cárcel. (…)
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