De golpe, cuando parecía que la mañana iba a
transcurrir de lo más aburrida, el zarandeo sonoro de los redoblantes partió el
aire e hizo escapar de a montón a las palomas.
“En el día de hoy reclamamos frente al
Ministerio de Educación porteño la urgente convocatoria a mesa salarial”, se
escuchó el grito vidrioso que salió de un megáfono que recién precalentaba. Además
de los maestros que ya estaban anoticiados de la movida y respondían a la
convocatoria, allí, en Paseó Colón, muchos otros -por curiosidad o para mitigar
el aburrimiento- se acercaron a ver de qué se trataba.
El volante que se repartió informaba,
palabras más o menos, que ya hace sesenta y cinco días que el gobierno porteño
cerró unilateralmente la paritaria con una cifra de “aumento” de tan solo el
10% hasta septiembre. A ese motivo inicial se suman otros que potencian la
protesta. Un pronunciamiento contra los descuentos ilegales a quienes se
atrevieron a parar siguiendo la acción gremial y el repudio por la eliminación
de las jornadas institucionales de educación sexual integral y de prevención de
violencia de género, una de las mil cabezas que asoma el ajuste en el ámbito
educativo.
“¿Cómo que no está más la estatua de Colón?” preguntó
asombrado en un aparte un despistado maestro que hasta ayer nomás, antes de la
mudanza, trajinaba las aulas de la zona de Merlo. Todos comenzaron a reírse y
aprovecharon la cargada para hacer una pausa a la espera que se fueran sumando
otros muchos.
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