Entre lo que escuchan de sus padres y lo que ven en televisión, los más pequeños también hablan sobre la situación en el país, recordando tiempos mejores, sin miedo a las palabras cuando, pese a su tierna edad, critican a los dirigentes políticos. En cientos de escuelas públicas, niños y niñas pobres deambulan sistemáticamente alrededor de la barra de los comedores, pero sin comprar nada, mientras que las autoridades escolares no pueden ofrecerles más que un modesto desayuno solo a los más necesitados porque también sus presupuestos han sufrido drásticos recortes.
La crisis económica que afronta Portugal y muchos de sus vecinos europeos "impacta en las vidas de los menores de este país, y muchos de ellos cruzaron la línea de situación de riesgo", dijo a Mario de Queiroz, de IPS en Lisboa, la presidenta de la organización no gubernamental Cidadãos do Mundo (CM-Ciudadanos del Mundo), Ana Filgueiras.
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