Ese mismo día, un editorial del diario derechista La Nación hacía hincapié en “parar con los paros”, expresando la preocupación del gobierno ante lo que sería un paro nacional masivo.
Las burocracias sindicales de la Ctera de Sonia Alesso y de la CGT de Sergio Romero (UDA), perfectamente conocedoras de la tendencia masiva a parar el 5 de marzo, decidieron respaldar al gobierno de Milei y preservar a los gobernadores cómplices del ajuste que desenvuelve el gobierno nacional. La secretaria general de Ctera, Sonia Alesso, reconoció en el congreso de Ctera que había que defender a los gobernadores como Kicillof en Buenos Aires. El gobernador bonaerense, con la colaboración del Suteba de Roberto Baradel, estableció una paritaria desde noviembre pasado hasta abril del 9% desdoblado, lo que lleva los iniciales a cobrar al final del período acordado a $500.000.
La agachada de la burocracia sindical docente está provocando una masiva ola de repudio en todo el país, que debemos transformar en organización y lucha.
En este contexto se realizó un nutrido plenario provincial multicolor, que votó por amplísima mayoría y sin votos en contra (Izquierda Socialista y Política Obrera se abstuvieron) “Ante la traición de la CGT y la Ctera: Llamamos a las escuelas a pronunciarse por sostener el paro con todas las provincias en lucha, debatiendo democráticamente y expresando lo que la mayoría resuelva”. Los mandatos llevados al plenario eran todos de paro. Una encuesta que se giró mientras se hacía el plenario desde el Suteba Tigre, y otra de un portal docente muy masivo, hasta las primeras horas de la noche del jueves 27, ya estaban señalando el rechazo masivo al levantamiento, y la aprobación de ratificar el paro, por miles de miles de votos de diferencia a su favor.
Tribuna Docente impulsó el rechazo al levantamiento y la ratificación del paro desde el momento de su notificación, conscientes de que la docencia combativa no podía colocarse como furgón de cola del tren de los entregadores de la Ctera y la CGT. Pero además porque los mandatos previos en las escuelas testimoniaron la voluntad masiva de la docencia de salir a enfrentar el ajuste brutal que sufre la educación pública y las/os trabajadores de la educación.
El artículo completo que firma Daniel Sierra puede leerse aquí.
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