El INDEC anunció la
inflación del mes de marzo en 4,7%. Si a ese monto le sumamos la inflación del
bimestre enero y febrero del 6,8%, estaríamos superando el 11%, en el primer
trimestre del año. Con ese panorama, el “aumento” de este año no sólo resulta
nulo, sino que ya está por debajo de la inflación. Por otro lado la cláusula de
revisión semestral, que no es una cláusula gatillo ni reabre la discusión
salarial con el gobierno, se pagaría recién el 1 de julio. Además este cálculo
no toma en cuenta la inflación del 3,8 % de enero lo que produce que el aumento
siempre continúe atrasado respecto de la inflación.
Recordemos, además, que
ítems como alimentos, vivienda y combustibles son los que más aceleradamente
aumentan. A este ritmo, nadie descarta que la inflación de 2019 sea igual, o
incluso supere a la de 2018. Mientras tanto los salarios, las jubilaciones y el
empleo siguen cayendo en picada y más de un tercio de los argentinos está
hundido en la pobreza. Ante esto el presidente sale a anunciar medidas, que no
son otra cosa que manotazos de ahogado para llegar a octubre pero que en nada
resuelven la crisis económica.
Tan grave es la
situación que en la mayoría de las escuelas y lugares de trabajo se plantea la
necesidad de impulsar un paro general que sea el inicio de un verdadero plan de
lucha que logre frenar el ajuste y torcer el brazo al gobierno.
Sin embargo, no es
novedad que las centrales sindicales CGT y CTA juegan su propio juego sin tener
en cuenta las necesidades reales de lxs trabajadores: disputan en la interna
del peronismo haciendo una farsa de lucha pero sin convocar a lxs trabajadores
a un verdadero plan de lucha, convocando a medidas aisaldas y fragmentadas, lo
que no responde a las necesidades de los y las trabajadoras.
Desde Ademys (Asociación de los Docentes de
Enseñanza Media y Superior) venimos impulsando que se inicie un plan de
lucha con un paro general activo de 36 horas por eso el pasado 4 abril de abril
marchamos a plaza de mayo de forma independiente en una importante columna
junto al sindicalismo combativo.
Por ello, entendemos
que a pesar de las limitaciones de las representaciones sindicales burocráticas
que convocan nuevamente a un paro por arriba, sin perspectiva de continuidad ni
una verdadera consulta en los lugares de trabajo, el próximo 30 de abril
tenemos que estar en las calles reclamando junto al resto de los y las
trabajadoras.
Contra el ajuste de
Macri y el FMI, por un paro de 36 horas y un plan de lucha para derrotar el
ajuste, impulsamos el paro y la movilización el 30 de abril y convocamos a
discutir en cada escuela para participar de una asamblea unificada de toda la
docencia que ratifique el paro y la movilización y definir cuáles son las mejores
medidas para volver a las calles para exigir que se reabra nuestra paritaria y
que nuestro sueldo no sea nuevamente devaluado.
¡Convocatoria ya a mesa
salarial!
Por un plan de lucha
con continuidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Contra el ajuste de
Mauricio Macri, el Fondo Monetario Internacional y los gobernadores.
Plata para educación.
No al pago de la deuda externa.
Exigimos a las
centrales sindicales CGT y CTA un paro general de 36 horas y plan de lucha.
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