(Página 12. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, miércoles 5 de octubre de 2016)- Las universidades
del Comahue y de Avellaneda advirtieron que no cuentan con recursos para llegar
a fin de año. La Universidad de las Artes se declararía en la misma situación.
El Ministerio de Educación informó que analiza cada caso en busca de una
solución.
“En estado de
emergencia presupuestaria y financiera”, así se declararon las universidades
del Comahue y de Avellaneda, mientras otras instituciones se encuentran en una situación
similar, aunque por ahora prefirieron evitar difundirlo. La declaración de
emergencia significa que, con los fondos previstos, no pueden llegar a fin de
año. Desde el Ministerio de Educación prometieron que llegaría para todo el
sistema un refuerzo de 400 millones de pesos, pero hasta ahora no se hizo
efectivo. Además, de los 500 millones que anunció Mauricio Macri el 2 de mayo
para paliar el impacto de la inflación y el tarifazo, aún faltan entregarse 113
millones.
La Universidad del
Comahue, que cuenta con más de 30 mil alumnos, tuvo que contraer deuda y
achicar gastos para enfrentar la crisis presupuestaria. “Bajamos las
actividades no esenciales, como la asistencia a congresos; suspendimos pasajes
y viáticos que no tuvieran que ver con carreras de grado; redujimos algunas
horas extra y suspendimos un aumento para las autoridades que estaba previsto
por el Ministerio de Educación”, explicó a este diario Gustavo Crisafulli,
rector de la universidad.
La casa de estudios
tiene sedes en diez ciudades de las provincias de Neuquén y Río Negro, lo que
aumenta los costos de funcionamiento. “En la Patagonia los precios son un 20 o
30 por ciento más elevados que en el área central del país. Además, tenemos
sedes a 650 kilómetros del rectorado, lo que gastamos en comunicación
telefónica y movilidad terrestre es muy alto. Una reunión del Consejo Superior
(el órgano de cogobierno de la universidad) cuesta cerca de 50 mil pesos.
Nuestras partidas para gastos de funcionamiento están agotadas”, resaltó el
rector.
El caso de la
Universidad de Avellaneda es similar. “Si hoy no gastamos en nada, sólo
llegamos a pagar los sueldos de noviembre. Estamos complicados”, explicó Jorge
Calzoni, rector de la Universidad de Avellaneda. “No se nos pagaron los contratos-programa;
del colegio secundario no se pagó nada, tampoco del plan Fines –detalló–. Hay
una deuda grande con la universidad.” Para Calzoni, la Undav necesita alrededor
de 40 millones de pesos más para llegar a fin de año.
Desde el Ministerio de
Educación aseguraron que se están buscando soluciones. “Estamos atendiendo con
cada rector la situación puntual, el origen del déficit. Porque el ministerio
transfirió todo en fecha. Y se está avanzando en lo que no se rindió de los
contratos-programa”, dijo a este diario Danya Tavela, subsecretaria de
Políticas Universitarias. “Uno de los puntos del déficit –agregó– se debe al
crecimiento de plantas (docentes y no docentes) que estamos analizando en cada
universidad.” También se refirió al refuerzo presupuestario de 400 millones de
pesos que se confirmó en el último plenario del Consejo Interuniversitario
Nacional (CIN): “El monto estará para noviembre o diciembre”, agregó. De los
113 millones que falta distribuir sobre los 500 prometidos por Macri en mayo, Tavela
reiteró que su asignación depende de los “incrementos en gas y agua”.
En el plenario del CIN
celebrado en Jujuy el viernes pasado, los funcionarios de Educación aseguraron
que los 400 millones se distribuirán con el modelo acordado por el CIN. “Según el
criterio del CIN, a Comahue le hubieran correspondido 12 millones, pero nos
llegaron 3,8”, se quejó Crisafulli sobre la distribución de los 500 millones. A
la UBA le dieron 200 millones. “Muy discrecional”, cuestionaron varios
rectores.
La Universidad Nacional
de las Artes también se encuentra con graves problemas presupuestarios. “Los
alquileres de nueve sedes, después de octubre, ya no los podemos pagar, no
tenemos la plata”, dijo a este diario la rectora Sandra Torlucci. “La semana
que viene tenemos sesión del Consejo Superior y es probable que decretemos la
emergencia presupuestaria, porque eso nos habilita a tomar medidas de
urgencia”, adelantó. Torlucci dijo que por contratos-programa la universidad
debe recibir unos 15 millones de pesos anuales, pero que al día de hoy “no
entró nada”. Y agregó que en el presupuesto del 2017 tampoco están contemplados
los recursos necesarios para abonar los alquileres.
Las autoridades
académicas consultadas afirmaron que los sueldos “están al día y son la
prioridad”, y que incluso el dinero correspondiente a gastos de funcionamiento
ha sido usado a veces para pagar salarios.
Según pudo saber este
diario, las universidades de Rosario y de La Plata también atraviesan una
compleja situación presupuestaria, aunque hasta el momento no lo han expresado
públicamente.
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