lunes, 31 de diciembre de 2012

La educación según León Trotsky


“Los siete años que pasé en esta escuela, contando la clase preparatoria, no dejaron de tener sus alegrías. Pero evidentemente las alegrías fueron menos numerosas que las penas. En resumidas cuentas, mis recuerdos escolares no fueron totalmente oscuros sino que estuvieron coloreados de gris. Independientemente de todos los incidentes, tristes o alegres, se sentía un régimen de fría indiferencia, de formalismo administrativo. Creo que no hay un solo profesor del que pueda acordarme con verdadero afecto.
Y sin embargo nuestra escuela no era de las peores. Algo aprendí; me dio conocimientos elementales, el hábito de un trabajo metódico y de la disciplina fuera de la casa. Necesite de todo esto más adelante. Por otra parte la escuela, contrariamente al objetivo que se le asignaba, puso en mí la semilla del odio con respecto a lo que existe en el mundo. Esta semilla, en todo caso, no cayó en un suelo pedregoso.”


(León Trotsky, Mi vida. Intento autobiográfico, Buenos Aires, CEIP/Instituto de Derecho al Asilo. Museo Casa de León Trotsky, 2012, pág. 121)


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