(Por Ricardo
Braginski. Clarín, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, jueves 16 de febrero de 2017)- En
campaña electoral, los candidatos suelen hablar de la importancia de proteger
la primera infancia, de hacer jardines e instituciones para los chicos desde
los 45 días de edad. Todos coinciden que son necesarios para reforzar la futura
educación de los chicos, y también para sus padres, cada vez más exigidos por
el mundo laboral. Pero terminan las elecciones, se apagan las luces, y quedan
las familias, ante una oferta muy
escasa de jardines maternales. Sucede en todo el país, y también en la
Ciudad, donde el problema por las vacantes para chicos de muy corta edad vuelve
cada vez que empieza un nuevo año.
Un informe del defensor adjunto del pueblo Arturo Pozzali afirma que faltan
128.000 metros cuadrados de salas de
jardín para garantizar todas las vacantes en el nivel inicial en la
Ciudad. Esa es la infraestructura necesaria en el caso que todos los chicos,
que hoy tienen desde 45 días hasta 5 años, fueran anotados en forma simultánea. De los 197.976 chicos que
hay en esa edad, unos 95.000 quedarían afuera, afirma Pozzali. Es casi la mitad.
Diversos especialistas coinciden en remarcar que la Ciudad tiene un déficit
en jardines maternales, justamente los más caros de cubrir en forma particular.
Hoy, el 60 por ciento de esa matrícula es privada y el arancel ronda los 5.000 pesos
en promedio.
Fuentes del ministerio de Educación porteño desmienten las cifras del
defensor. Afirman que el informe tiene “debilidades
metodológicas y falta de rigurosidad técnica” y que no tendría el aval
de la Defensoría del Pueblo. Por el contrario, prefieren señalar que la Ciudad
tiene cubierto el 100% de las vacantes obligatorias en las salas de 4 y 5, y el
84% de la sala de 3. “Asumimos el compromiso construir 30 escuelas con sala de
3 años para el 2019. Este año se inaugurarán 10 escuelas de nivel inicial”,
dicen.
Cristina Tacchi, presidenta de la Organización Mundial para la Educación
Preescolar (OMEP) Argentina coincide en que el déficit de jardines maternales
en la Ciudad es muy grande y afirma que esto viene desde hace años. “Faltan
jardines maternales porque es un servicio muy caro, se requiere mucho
presupuesto en infraestructura y en personal docente “, dijo. Y agregó que
“hace falta una política pública para crear jardines maternales.
Las familias más afectadas son las pobres, que tienen menos recursos
culturales y así se agranda la
brecha social”.
Ana Malajovich, especialista en educación inicial de la UBA, también dice
que hay una demanda insatisfecha de jardines maternales, aun siendo la Ciudad el distrito con más oferta del país. “Tiene
que haber un mayor compromiso del gobierno en crear instituciones. La Ciudad
podría encararlo”, dice. La experta cree que el déficit se puede deber a que
“quienes serían los beneficiarios no son sectores de alto poder adquisitivo y,
además, una buena infraestructura del Estado podría generarle competencia a los
privados”.
Malajovich apunta contra el sistema de inscripción online, que “desalienta
la búsqueda de vacantes”, dice.
El informe elaborado por el defensor Pozzali, que pertenece al radicalismo,
toma como referencia el código de habilitaciones de la Ciudad, que indica que
el área de cada aula no debe ser menor
a 1,35 metros cuadrados por alumno. Luego, suma la cantidad de
superficie construida en jardines hoy: 54.400 metros cuadrados. Y llega a la
conclusión que hay un déficit de 128.000 metros cuadrados para el total de los
chicos de esa edad.
El ministerio de Educación contesta que el informe no releva bien la manera
en que cada edificio escolar organiza
su oferta educativa, porque en un mismo edificio pueden funcionar distintos
niveles, modalidades y servicios. Y que utiliza el mismo metraje por alumno
para las aulas de lactarios y deambuladores que para las del resto de los años,
lo que no es correcto. También dicen que los datos de capacidad escolar son del
2015, cuando el Censo de Infraestructura Escolar 2017 incorpora nuevas aulas.
Otro punto que genera polémica es el de la “obligatoriedad”, de la
escolaridad inicial. Para Pozzali y los expertos consultados el Estado debe
asegurar y financiar la educación desde los 45 días. La obligación, dicen, es
garantizar el acceso siempre que una
familia lo necesita. Para el Gobierno, en cambio, la
obligatoriedad por Ley es desde los 4 años y la están cumpliendo en un 100 por
ciento.
A fines de febrero del año pasado, el presidente Macri anunció el envío al
Congreso de un proyecto de ley para hacer obligatoria la sala de 3 años. La
iniciativa llegaba con el consenso de Esteban Bullrich más los 24 ministros
provinciales reunidos en el Consejo Federal. De sancionarse, obligaría al Estado
a incorporar a más de 180 mil chicos de 3 años que hoy están fuera del sistema
educativo. La norma ya está por cumplir su primer año y apenas pasó de Diputados al
Senado. Allí se quedó. “El problema es que no está acompañada por recursos
asegurados. Cuando en 2014 se estableció la sala de 4 obligatoria eran muchos
menos los chicos de 4 años que estaban afuera del sistema”, dice la experta de
la UBA Ana Malajovich.
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