A
las autoridades del Ciclo Básico Común de la UBA
a la comunidad
educativa,
a los interesados en la educación pública:
Desde
hace un año, y en coincidencia con el inicio de la nueva gestión en
el rectorado de la UBA del Dr. Alberto Barbieri, se han producido
episodios de extrema gravedad en el Ciclo Básico Común (CBC) de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) , que afectan no solo la vida
institucional de esta unidad académica -reduciendo aun más sus ya
de por sí escasos espacios de participación democrática, producto
de la falta de institucionalización- , sino también la continuidad
de diversos proyectos pedagógicos, algunos de ellos de largo
recorrido en la institución y de enorme prestigio en todo el país.
Particularmente,
en este caso queremos referirnos a la reducción, en algunas sedes, y
a la eliminación en otras, de los Talleres de Lectura y Escritura de
las cátedras de Semiología.
Estos
talleres surgieron desde la Secretaría de Extensión en el origen
mismo del Ciclo Básico Común en el año 1985, con el fin de formar a los
alumnos en la lectura y escritura de textos universitarios.
Desde
el año 1990, los Talleres se incorporan progresivamente a las
distintas sedes de la única cátedra de Semiología, cuya titular
era la Dra. Elvira Arnoux. En el año 2001 todas las sedes cuentan ya
con 6 horas de dictado semanal, constituyéndose así un proyecto
pedagógico que integró en una materia destinada al estudio del
lenguaje un espacio de reflexión sobre las propias prácticas de
lectura y escritura de los alumnos. Los Talleres de Lectura y
Escritura tuvieron y tienen como objetivo formar lectores y
escritores críticos, capaces de desmontar los sentidos socialmente
construidos. Para el logro de esos objetivos resulta indispensable la
articulación entre la reflexión sobre la discursividad en general y
sobre los discursos sociales (objetivo priorizado en el dictado de
las comisiones) y sobre el discurso escrito propio y ajeno (objetivo
priorizado en el taller).
Esta
experiencia fue pionera en la Argentina y en toda América Latina no
solo por su impronta democratizadora de la cultura escrita sino
además porque propuso un cambio en el abordaje conceptual de la
problemática que encierra el pasaje de la escuela media a la
universidad. Hasta entonces, las respuestas a esos problemas se
pensaban en términos de la enseñanza de “técnicas de estudio”,
y pasaron a concebirse como una propuesta de reflexión sobre la
discursividad social, el discurso de la cultura escrita y de la
comunidad académica. Este proyecto desde un inicio se planteó un
objetivo integral: proveer al alumno de una formación que le permita
comprender la lógica de la producción discursiva y sus sentidos
sociales, como elemento indispensable para el desarrollo del
pensamiento crítico, lo cual excede el dominio de códigos
disciplinares o de normativas académicas. También fue una
innovación pedagógica en la UBA, en la postdictadura, la apertura
de espacios curriculares con la modalidad de taller, en la que en
grupos reducidos los alumnos discuten sus propias producciones e
intercambian reflexiones con pares y expertos en las características
del discurso escrito. Con el correr de los años se abrieron nuevas
cátedras de Semiología en el CBC que continuaron con modalidades
propias el proyecto pedagógico.
Este
se consolidó con la conformación temprana de un equipo de
investigación dirigido por la Dra. Arnoux que, desde que se
implementaron en la UBA los proyectos UBACyT en el año 1987 y hasta
el día de hoy, continúa llevando a cabo investigaciones sobre la
cultura escrita en la universidad, sobre las prácticas y
representaciones de los alumnos acerca de la lectura y la escritura
en el primer ciclo universitario, sobre la problemática de la
escritura y la producción de conocimiento en los posgrados, entre
otros.
Las
cátedras de Semiología del CBC han sido y siguen siendo un
semillero de formación de profesores en la enseñanza de la lectura
y la escritura universitarias desde una perspectiva discursiva, en
particular durante la larga etapa en la que aún no existían
instituciones de grado ni de posgrado dedicadas a formar en esta
especialidad. Y muy rápidamente nuestros equipos docentes fueron
requeridos para asesorar, para recibir consultas, para producir
materiales didácticos o para capacitar profesores por otras
universidades públicas y privadas del país, por instituciones
terciarias, escuelas medias, que ante problemáticas análogas
también encararon la apertura de talleres de lectura y escritura,
que aún hoy se dictan entre las primeras materias que los alumnos
cursan en sus carreras de educación superior.
La
preocupación por que las dificultades que puede plantearles a los
alumnos la cultura académica no se convierta en un factor de
abandono de sus estudios estimuló la puesta en marcha de numerosos
posgrados para la formación de especialistas en un abordaje
discursivo de la lectura y escritura, como también la creación de
la sede argentina de la Cátedra UNESCO para la Lectura y la
Escritura en América Latina, en el año 1996, que hoy cuenta con 14
sedes en todo el país.
Todo
este recorrido ha sido desconocido desde el año 2014 por las
autoridades del CBC y del rectorado de la UBA, al abrirse nuevas
cátedras de Semiología sin talleres de lectura y escritura, a cargo
de profesores ajenos a las cátedras históricas de la institución y
sin concursos. La novedad en el año 2015 es que se le quita a la
cátedra Arnoux la sede de San Isidro, en donde se crea la cátedra
Vitale, también sin concurso, y se eliminan los talleres que
históricamente funcionaron en esa sede. A esto se suma una política
constante hacia las cátedras con talleres de no otorgamiento de
suplentes ni de nuevos nombramientos ante las bajas.
Como
todo se llevó a cabo sin diálogo ni información de ningún tipo
hacia los titulares, los docentes y los alumnos -que desconocen las
razones por las que a algunos les toca cursar esta materia con 4
horas semanales y a otros con 6- nos preguntamos:
¿Por
qué el CBC se empeña en sacar los Talleres de Lectura y Escritura?
¿Cuáles son los criterios pedagógicos en que se basa para tomar
esta decisión?
El
Dr. Barbieri, al asumir su cargo en diciembre de 2013, manifestó en
un reportaje publicado por el diario Clarín (5/12/2013) su voluntad
de “trabajar de manera democrática” por "una
universidad abierta y plural" y prometió “profundizar la
articulación de la UBA con el nivel secundario para atacar las
falencias que traen los alumnos que egresan de la escuela media".
Consideramos
que las medidas tomadas en el CBC no contribuyen al logro de estos
objetivos. El autoritarismo, las decisiones inconsultas, la falta de
reconocimiento de las trayectorias académicas de los equipos
docentes, la absoluta ausencia de los procedimientos institucionales
habituales, como son los concursos para el otorgamiento de cátedras,
no fortalece la convivencia democrática. Y la supresión de los
talleres de lectura y escritura integrados a la reflexión sobre el
lenguaje no aporta a la articulación de la UBA con el nivel
secundario.
¿Cuáles
son entonces los argumentos para sostener esta política? ¿Por qué
quitar ese espacio de construcción de conocimiento? ¿En qué modelo
de universidad está pensando la UBA, en el que no hay lugar para los
talleres de Semiología? ¿Cómo imaginan los procesos de inclusión
y justicia social?
No
lo sabemos, lamentablemente no lo sabemos, porque para saberlo se
hubiera necesitado un amplio debate en la comunidad educativa que no
se dio; hubiera sido necesario tener discusiones a las que nos
hubiera gustado ser convocados especialmente, pero que no se dieron;
hubiera sido necesario que las autoridades de la universidad
explicitaran sus razones, pero esto tampoco sucedió.
Finalmente,
lo que sí sucedió es que en el listado de aulas de la Sede San
Isidro del CBC, hoy, a pocos días de comenzar el primer cuatrimestre
del año 2015, sorpresivamente, increíblemente, no existen más esas
aulas para los Talleres que pertenecían a la Cátedra de Semiología
(Arnoux). No existen más esos espacios donde los estudiantes eran
invitados a pensar en su propia escritura; no existe más nuestra
tarea: explicar dónde se mira para interpretar un texto, explicar
por qué aprender a escribir es aprender a pensar.
A
partir de todo lo expuesto, reclamamos:
-Que
se restituyan los Talleres de Lectura y Escritura en la Sede de San
Isidro y en todas las sedes y cátedras de Semiología del CBC.
-Que
el CBC no desconozca a los profesionales que han trabajado en el
proyecto educativo de la institución durante casi 30 años y los
integre al debate sobre el futuro de la institución.
-Que
el CBC, junto con las autoridades de la UBA, se comprometa en un
debate con toda su comunidad sobre las políticas de inclusión
educativa que puede llevar adelante en este ciclo inicial.
Equipo
de profesores de Talleres de Lectura y Escritura,
Cátedra Arnoux de
Semiología,
Sede San Isidro del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires.
Buenos Aires, marzo de 2015
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