Adriana es «evidencia»
de la realidad que Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación, se niega
a reconocer, forzando la reapertura de colegios sin condiciones de salubridad e
higiene y en un cuadro epidemiológico crítico. Esta política se cobró ya esta
semana la vida de la docente María Miscione en Tres de Febrero.
El intendente
pejotakirchnerista Fernando Moreira -como su par de Tres de Febrero, Diego
Valenzuela- estuvo a la cabeza de la campaña por retomar la presencialidad sin
garantizar las condiciones adecuadas, simplemente para favorecer la actividad
económica de las empresas, en las vísperas de la segunda ola de la pandemia.
Los responsables por la pérdida de la compañera abarcan por igual al
oficialismo y la oposición patronal.
Exigimos que el Estado
garantice los medios para educar y aprender. Ante el alto ritmo de contagios,
la educación debe permanecer en la virtualidad, proveyendo a la comunidad
educativa computadoras y conectividad.
Basta de muertes
docentes por la desidia de los gobiernos y su prioridad de cuidar las ganancias
patronales. Nuestras condolencias a les familiares y compañeres de Adriana.
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