“Quien no sabe
defender las posiciones conquistadas, nunca habrá de conquistar una nueva
posición.”
Frase atribuida
a Rosa Luxemburgo
(Ariel Petruccelli y
Pablo Scatizza. La Izquierda Diario,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, miércoles 18 de abril de 2018)- La suspensión del escándalo
Como ha sido ya
difundido por varios medios de comunicación, el pasado jueves 12 de abril sesionó
el Consejo Superior de la UNCo (Universidad Nacional del Comahue), y se produjo allí una situación que al mismo
tiempo de parecer una farsa, bien puede devenir en tragedia. De manera
absolutamente irregular, se aprobó tratar sobre tablas un asunto tan delicado
como lo es la acreditación de carreras de esta Universidad, lo cual no sólo
debería haber sido debatido detenidamente en las respectivas comisiones, sino
que, por su magnitud y simbolismo, amerita que, antes de llegar al Superior,
toda la comunidad universitaria se exprese y debata sobre ello en diversos
espacios institucionales.
Pero no, no fue así. En
vez de ello, 18 consejeros y consejeras superiores decidieron darle rápido y
expeditivo tratamiento al tema, mediante el pedido de suspensión del artículo 3
de la Ordenanza 738/04, y habilitar así la posibilidad de acreditar carreras
ante la CONEAU; el organismo acreditador creado con criterios de mercado que
promueve la injerencia de las empresas y permite la intromisión del poder
político de turno en la vida académica, pisoteando y enlodando el principio de
autonomía que dio gloria y grandeza a las Universidades argentinas.
¿Por qué tanta
urgencia? El argumento empleado fue que el Ministerio de Educación de la Nación
tiene retenido el título de un grupo de recientes graduados/as de la
Licenciatura en Biología, hasta tanto la misma no sea acreditada. Al amparo de
la solidaridad lógica que todos sentimos con quien legítimamente reclama su
título, se utilizó un caso puntual y cuyos detalles se ignoran (aunque en
principio el Ministerio no tiene facultades para no entregar títulos de una
carrera en curso), para dar marcha atrás con una posición político-académica
conquistada con el mayúsculo esfuerzos de varias generaciones de estudiantes.
Ante una medida sin dudas extorsiva por parte del gobierno nacional, la primera
y más rápida reacción de este grupo de consejeros/as fue la de avalar dicha
extorsión y, finalmente claudicar a los principios de autonomía que rigen la
vida universitaria. ¡Buena manera de honrar la memoria de quienes hace cien
años consiguieron, con su lucha inclaudicable, una conquista que a muchos les
parecía imposible: la Reforma Universitaria de 1918!
Como resultado de esta
maniobra, finalmente fue aprobada la suspensión por un año del artículo 3 de
una ordenanza histórica. Se trata de la célebre Ordenanza 738/04, aprobada
luego de una enorme lucha de los estudiantes del Comahue, cuyo texto es el
siguiente:
Artículo n°1: Rechazar
la Ley de educación superior tal como lo ha hecho esta universidad en dos
oportunidades, y hacer todos los esfuerzos para lograr su derogación.
Artículo n°2: Rechazar
la CONEAU como organismo acreditador.
Artículo n°3: Suspender
las acreditaciones hasta la derogación de la Ley de Educación superior.
Artículo n°4: Iniciar
acciones tendientes a la derogación de la LES ante el CIN, el Ministerio de
Educación de la Nación, Diputados Nacionales, Diputados de las Provincias
Patagónicas, Legisladores Provinciales de Rio Negro y Neuquén, y hacer
extensivo a otros gobiernos y universidades Nacionales.
Dieciocho (18)
consejeros/as borraron de un plumazo una ordenanza obtenida como producto de la
lucha de miles de estudiantes, quienes junto a docentes, graduados, no docentes
y distintas organizaciones sociales expresaron en 2004 -una vez más- su compromiso
irrenunciable con la educación pública, libre, gratuita y laica y, con ello, su
rechazo a leyes mercantilistas y neoliberales.
Es cierto que, en los
últimos años, unas diez carreras, sobre más de setenta, fueron acreditadas.
Pero lo fueron en casi todos los casos vía amparo judicial (sin consentimiento
de la Universidad), y con el aval subrepticio de los decanos respectivos; quienes
nunca tuvieron ni un ápice de voluntad para resistir el avance de medidas
neoliberales como estas, o bien estuvieron directa y francamente a su servicio
y favor. Lo que se pretende ahora es que la violación a la autonomía se la haga
con consentimiento. Ante esto nos pronunciamos claramente: ¡No en nuestro
nombre! Para nosotros la autonomía universitaria es un principio, no un bien
transable en el mercado bursátil del pragmatismo. La auténtica autonomía
universitaria es un valor a recuperar, no un recuerdo de tiempos mejores pero
irremediablemente perdidos.
Hagamos
historia, tengamos memoria
La Universidad Nacional
del Comahue, y muy especialmente su movimiento estudiantil, posee una larga y
rica tradición de resistencia a la Ley de Educación Superior (LES). Sin ser los
únicos, hay cuatro hitos fundamentales que ayudan a entender esta historia, a
darle significado y calibrar su magnitud.
En 1995 en el Comahue
se libró la lucha más enconada y extensa del amplio movimiento nacional de
resistencia estudiantil contra la LES: la Toma de 14 días que culminó con la
victoria de los estudiantes; producto de la cual la Universidad Nacional del
Comahue se pronunció institucionalmente contra la LES, y contra cualquier forma
de ingreso restricto y de arancelamiento.
En 1996, un boicot a la
Asamblea Universitaria impidió la adecuación de los estatutos de la Universidad
a los dictados privatistas, elitistas y contrarios a la autonomía universitaria
impuestos por la LES (Ley de educación superior).
En el año 2004, ante el
intento de acreditación de carreras de la Universidad ante la CONEAU (comisión
creada por la LES, en la que sólo 3, de 12 miembros, pertenecen a las
Universidades Nacionales), la Universidad Nacional del Comahue fue tomada por
los estudiantes por más de 20 días; como resultado de la cual el Consejo
Superior aprobó en la histórica sesión del 26 de noviembre la crucial y
celebrada Ordenanza 738/04 que, como señalamos más arriba, rechaza a la CONEAU
como organismo acreditador y suspende las acreditaciones hasta que se derogue
la LES. Esta es la ordenanza, precisamente, que en una bochornosa sesión del
Consejo Superior fue suspendida por un año.
Al año siguiente, 2005,
ante la presión extorsiva del Ministerio de retener los títulos de estudiantes
de Ingeniería (una situación análoga a la actual de los estudiantes de
Biología), un contingente de 150 estudiantes del Comahue que se hallaba en
Buenos Aires para participar de diferentes actividades nacionales para discutir
la derogación de la LES, ocupó el Palacio Pizzurno. Gracias a esa medida se
obtuvo el compromiso del por entonces Ministro de Educación que los títulos
serían entregados en tiempo y forma, sin que la carrera fuera acreditada.
¿Y
si damos un paso adelante?
Conocida la decisión
del Consejo Superior, rápidamente se generó una movilización estudiantil, que
con asambleas y manifestaciones inició el proceso de resistencia. Mientras se
generaliza la lucha para que el Consejo Superior derogue la ordenanza que
suspende el artículo 3 de la Ordenanza 738/04, quizá haya llegado la hora de
preguntarnos si no ha llegado el momento de dar un paso adelante. A cien años
de la reforma Universitaria de 1918, y frente a un gobierno como el que
encabeza Mauricio Macri -al que nadie duda en catalogar de mercantilista y
neo-liberal- los universitarios en resistencia del Comahue acaso debiéramos
hacer un llamado a dar inicio a un amplio movimiento nacional por la derogación
de la Ley de Educación Superior, en el camino de una nueva reforma
universitaria.
¿Nos atrevemos? ¿Vamos
por un movimiento nacional por la derogación de la LES?
Hay utopías
realizables. Un mundo sin LES es una de ellas.
Los principios no se
negocian.
La dignidad no tiene
precio.
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