Antes fueron sus aclamadas aventuras como guionista en ¿Querés ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos y algunas otras. Ahora a Charlie Kaufman le llegó la hora de sumar la dirección a su habilidad para la escritura cinematográfica; el resultado se llama Sinécdoque Nueva York.
Especie de fábula oscura y pesimista, ambiciosa y ampulosa, sobre la existencia, la inevitable descomposición paulatina del cuerpo y la muerte de los hombres. Sobre un arte inútil -el teatro, en este caso- que busca capturar algún brillo de esa vida rápida y evanescente y sólo logra confundir la representación en los lados del espejo. Ocurre que hay tanto para representar…, y todo tiene tanto valor o tan poco.
Philip Seymour Hoffman es Caden Cotard y el título del filme pone en escena un juego de palabras con Schenectady, Nueva York, allí donde la historia se inicia con el chorro de agua que arranca la canilla y le parte la cabeza al pobre hombre, y la figura retórica mediante el cual se identifica y desplaza la parte al todo o el todo por una parte, y que en este caso alude al juego de la representación dramática donde la ciudad estadounidense es “reconstruida” en la propia casa (y alma y carne y hueso) del creador que busca recrear lo imposible.
La película sólo fue exhibida en el Festival de Cannes en el 2008 y en estos días se distribuirá comercialmente.
En un cierto momento la mujer de la limpieza pide “audicionar” para el papel del director y explica para lograrlo: “Yo lo comprendo… Caden es un hombre que ya está muerto, él vive en un mundo partido entre el delirio y el fracaso, y el tiempo está concentrado, confundido cronológicamente. Hasta hace muy poco él intentó muy valientemente encontrarle un sentido a su situación, pero ahora e ha convertido en piedra…” La interpretación vale para el conjunto y bien podría estar tirándole a los espectadores una soga hermenéutica, o tal vez no. Fragmentos, recuerdos borrosos, pensamientos y sueños, la búsqueda imprecisa y fallida de algún tipo de ordenamiento. “¿Dónde están todos?”
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