La Asamblea de Docentes, Intelectuales y Artistas en el Frente de Izquierda y los Trabajadores expresa su más profunda, completa e incondicional solidaridad con la lucha que están librando los trabajadores, los estudiantes y todo el pueblo de Grecia para revertir el ajuste genocida que el gobierno viene descargando sobre las masas
Grecia se ha transformado en el eslabón más débil de la crisis histórica que atraviesa el capitalismo global. Este desastre económico, político y social no se produce por la corrupción del gobierno griego en complicidad con Goldman Sachs ni por un plan económico defectuoso, ni por la maldad del neoliberalismo (todas cosas efectivamente existentes). Esta crisis es la consecuencia inevitable de la de la lógica del capitalismo mundial en su fase actual, que no tiene ningún “rostro humano” que ofrecer y que no encuentra en ningún libro la receta para desarrollar un “capitalismo serio”.
Grecia no es más que el ejemplo visible del modo en que pretenden resolver la agudísima crisis del capital. Sin distinción de tintes políticos los distintos gobiernos, que funcionan como administradores de los capitalistas, buscan el salvataje de los bancos y las grandes empresas.
La experiencia argentina del 2001 cobra toda su dimensión en las acciones de los trabajadores griegos quienes en este último tiempo han ido incluso más allá, constituyendo en todas las ciudades griegas coordinadoras de sindicatos de base, e imponiendo una huelga general contra la votación del ajuste. Se tomaron prefecturas, municipalidades, ministerios y universidades; se han constituido asambleas barriales y los jóvenes están buscando nuevas formas de organización.
El ministerio de salud, por ejemplo, está tomado por los trabajadores, porque el presupuesto del área de este año se ha reducido un 55%. ¿Qué futuro puede tener un pueblo sin médicos y sin medicinas? Pero eso sí: el parlamento, cinco minutos antes de votar el ajuste, votó una “compensación” a los bancos para que no quiebren. ¡Es una infamia! La socialdemocracia debe ser arrojada sin demora ni contemplaciones al basurero de los traidores.
Relatando la caótica situación, el diario francés Le Monde señalaba que el Parlamento estaba sitiado por los manifestantes y, sobre el edificio, sobrevolaba un helicóptero “que recordaba la huida del presidente argentino” en el 2001. Qué gran símbolo para representar el pánico de la burguesía. Lo que sobrevolaba no era solamente un helicóptero, sino el fantasma del cataclismo económico, social y político más grande de los últimos tiempos.
En casi dos años los trabajadores griegos han realizado más de 15 huelgas generales, que demostraron, por un lado, la gran voluntad obrera y popular para enfrentar el ajuste, pero por otro, que la política de las diferentes alas de la burocracia sindical ha sido limitarlas a acciones aisladas y fragmentadas, dividiendo incluso a los trabajadores públicos de privados. Este renovado impulso de luchas, marchas y ocupaciones muestran la necesidad de una lucha unificada entre la clase obrera, la juventud y el pueblo pobre para derrotar el ajuste de los capitalistas y su gobierno.
¡Un fantasma recorre Europa, es el fantasma del comunismo! Esta frase, que abrió el manifiesto que escribieron Marx y Engels en 1848, representa hoy el temor de la burguesía europea y estadounidense ante unos acontecimientos que no puede controlar y que no sabe de qué manera terminarán.
Del otro lado del mediterráneo, los trabajadores y jóvenes que hace un año tomaron la plaza Tahir para expulsar a Mubarak, vuelven a tomar las calles para resistir las maniobras de la junta militar y la Hermandad Musulmana para desviar el proceso revolucionario en curso en Egipto. Estas formidables acciones protagonizadas por las masas obreras y populares dan pie a la auspiciosa perspectiva de actualizar la perspectva socialista revolucionaria. Mientras los representantes de la burguesía muestran su completo desconcierto, los explotados empiezan a mostrar que no están dispuestos a seguir cargando con los costos de su supervivencia.
Esperemos que los trabajadores griegos, europeos y de todo el mundo puedan escribir las páginas finales de un sistema canallesco.
Desde la Asamblea de Intelectuales, en Argentina señalamos que la respuesta de los trabajadores griegos a la crisis capitalista es un golpe, también, a aquellas posiciones académicas que negaban a la clase obrera su condición de ser el sujeto del cambio. La huelga general y los comités de base, así lo confirman.
En nuestro país la presidente Cristina Kirchner se quiso erigir en la portavoz de la crítica al camino de desastre actual en Estados Unidos y Europa, pero es una crítica vacía de contenido. Bastaron unos meses para que el discurso acerca de que estábamos “blindados contra la crisis” fuera reemplazado por la necesidad de imponer una “sintonía fina”.
El kirchnerismo entrevera el lenguaje porque esconde su intención de descargar la crisis capitalista sobre los trabajadores, al igual que los gobiernos europeos y del resto del mundo.
La “sintonía fina” marca el paso del nunca menos hacia los ajustes contra el pueblo trabajador. Aquí también, las aspiraciones profundas de las masas, que las promesas kirchneristas de derrame no han cumplido, sólo podrán alcanzarse planteando la reorganización de la sociedad sobre nuevas bases.
Desde el Frente de Izquierda, polo político clasista, socialista y anticapitalista, al cual apoyamos, se han planteado las tareas del momento que se tornan fundamentales ante el derrumbe capitalista del cual Grecia muestra las consecuencias y el más probable futuro inmediato para buena parte de Europa. Tareas tales como la ocupación y toma de la dirección por sus obreros de toda fábrica que cierre o despida, nacionalización de la banca bajo el control de los trabajadores y el pueblo, organización en un polo político de forma independiente del Estado cuya perspectiva sea una Grecia obrera y socialista.
¡Que la crisis la paguen los capitalistas! ¡Por la profundización revolucionaria de la heroica resistencia griega! ¡Fuera los gobiernos ajustadores! ¡Por un gobierno de los trabajadores!
Asamblea de intelectuales, docentes y artistas
en apoyo al Frente de Izquierda y de los Trabajadores
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